lunes, 7 de mayo de 2012

Día grande de las fiestas de Borja


            Ayer, festividad de Nuestra Señora de la Peana, fue un día grande para nuestra ciudad. Entre los muchos actos celebrados, de los que ya dimos cuenta a nuestros lectores, fue, sin duda, el Rosario de Cristal el más emocionante de todos.




           Cuando la tarde comenzaba a decaer, el Rosario hizo su aparición por la puerta del claustro de la colegiata de Santa María.


            En primer lugar desfila el farol de la Cruz que donó D. Luis Moreno y Abella, II marqués de Borja.





            Siguen, a continuación, el farol de Santo Domingo de Guzmán, donado por las Congregaciones Marianas; y el farol del Clero que regalaron los sacerdotes de la ciudad.




            Luego, los cinco misterios gloriosos, con sus correspondientes Padre Nuestros, Ave Marías y Glorias. Fueron donados por: S.E. el cardenal D. Vicente Casanova y Marzol, el primero; la cofradía de Santa Lucía, el segundo; Dª Francisca Remón, el tercero; D. José María Otegui, el cuarto; y el quinto, regalado por la cofradía de San Isidro y el Sindicato Católico Agrícola que existía en el momento de la fundación del Rosario, en 1927.





            Después, los de la letanía, cada uno de ellos donado por una familia borjana que los siguen portando, en la mayoría de los casos.







            El farol de la Salve fue regalado por la familia de D. Francisco Serrano y es uno de los de mayor tamaño.






          El más antiguo es éste que pertenecía al antiguo Rosario, aunque por su belleza continuó formando parte del nuevo, con una pequeña imagen de la Virgen en su interior.



            Tras él, desfilan las Hermandades de Nuestra Señora de la Peana de Barcelona y Zaragoza, en las que se integran los borjanos residentes en esas ciudades.


También participan las banderas, pendones y estandartes de todas las cofradías y asociaciones religiosas de la ciudad.


            Sin duda, el farol más espectacular es el “de la ciudad” que fue donado por el M. I. Ayuntamiento que, en aquellos momentos, presidía D. Dionisio Pérez Viana, según acuerdo de 18 de febrero de 1928, siendo su importe el de 1.500 pesetas, una cantidad muy respetable para la época.  




            Siguiendo una antigua costumbre, delante de la Virgen desfilan los niños y niñas que ha hecho la Primera Comunión, pocos días antes.


            La Virgen iba radiante en su trono, cuajado de flores, portado a hombros por un nutrido grupo de voluntarios que gozan de este privilegio tras una dilatada espera, en ocasiones.
            Presidió la procesión el Excmo. Sr. Obispo de la diócesis D. Eusebio Martínez, acompañado por sacerdotes de Borja y del arciprestazgo.


            Tras ellos, la corporación municipal, bajo mazas, y la Agrupación Musical Borjana que cerraba la comitiva.


            Las calles de la ciudad estaban repletas de público que, en diversas ocasiones, ovacionó a su patrona y se emocionó cuando se cantaron jotas en su honor.


            Ya de noche, la Virgen retornaba a su templo, entre el sonar de las campanas y los aplausos de las numerosas personas congregadas en los alrededores.


            Pero fue ya dentro de la colegiata, completamente abarrotada, cuando la emoción se desbordó y, como es tradición, los acordes del himno nacional, quedaron apagados por los vivas que brotaban de todas las gargantas y se redoblaban los aplausos.


            Con la Virgen en el presbiterio, el Sr. Obispo pronunció una breve alocución en la que agradeció la concesión del título de “Hijo Adoptivo de la ciudad” al que fuera párroco de Borja D. Jesús Garcés y dejó patente su emoción por el fervor desplegado por los borjanos a lo largo de este recorrido triunfal de nuestra patrona por las calles de su ciudad.



            Por razones de espacio, es imposible ofrecer las numerosas fotografías realizadas por D. Enrique Lacleta ni mostrarlas con la excelente resolución que tenían originalmente. A pesar de la premura de tiempo, hemos querido, sin embargo, que estén hoy a disposición de todos nuestros lectores.


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