En
un reportaje publicado en Heraldo de
Aragón el pasado miércoles, sobre el teatro en Borja a comienzos del siglo
XX, se hacía alusión a unos documentos pertenecientes al legado Sánchez del
Río, que han sido estudiados por el Centro de Estudios Borjanos. Uno de ellos
es la relación de todas las personas que adquirieron palcos o “aposentillos” y,
el otro, una de las escrituras de venta. Los datos que aportan son de gran
interés para conocer la estructura de la
primitiva “Casa de Comedias” de nuestra ciudad y la distribución de los
“aposentillos” que había en la misma.
Corral
de Comedias de Almagro
Con
el nombre de “Casa de Comedias” o “Corral de Comedias” se conoce a los primeros
teatros estables construidos en España,
a partir de los últimos años del siglo XVI. De ellos, sólo se han conservado el
de Almagro y el de Alcalá de Henares, considerado el más antiguo de Europa.
Corral
de Comedias de Alcalá de Henares
La
disposición de estos espacios abiertos, concebidos para representaciones
teatrales giraba en torno al escenario situado frente a la puerta de entrada.
Delante del mismo se encontraba el patio descubierto que, en ocasiones, se
protegía con un toldo y en el que se situaban de pie los espectadores varones.
Para las mujeres se reservaba la llamada “cazuela” situada en alto y que solía
tener una entrada independiente. Alrededor del patio se disponían los
“aposentillos”, en dos alturas. Eran unos espacios que se vendían a las
familias más destacadas que, a veces, podían estar cerrados con ventanas o
celosías.
La
Casa de Comedias de Borja surgió como una iniciativa encaminada a recaudar
fondos para el Hospital Sancti Spiritus, al igual que la creación de una Casa
de Juegos. Fue el 22 de septiembre de 1697 cuando el ayuntamiento autorizó la
puesta en marcha de ambos proyectos. La Casa de Comedias se levantó en el lugar
que hoy ocupa el Hogar del Jubilado en la calle Mayor y se terminó de construir
en 1699.
El
31 de octubre de ese año, los regidores D. Francisco Amigo y D. Pedro Jerónimo
Amad, en función de su cargo de mayordomos del hospital, procedieron a la venta
de los aposentillos, cuyo precio vino determinado por su tamaño y ubicación.
Por
el documento citado sabemos que los había en “tierra firme” y en dos pisos o
“andanas”. Encima de ellos estaba situada la “cazuela” a cuya escalera de
acceso se hace referencia a delimitar algunos de ellos.
Los
que disponían de mayor espacio y de un mejor emplazamiento, frente al
escenario, fueron adquiridos por la corporación municipal y por el cabildo de
la colegial, por el precio de 100 libras.
Además,
se vendieron otros 24 aposentillos, en las tres plantas o andanas en que
estaban emplazados. Su precio oscilaba entre 36 y 45 libras.
En la
planta baja o “tierra firme” los adquirieron D. Francisco Navarro, D. José
Fernández Sarasa, D. Antonio Fernández de Heredia, D. José San Gil, todos ellos
por 36 libras.
En
la primera planta o “primera andana” adquirieron aposentillos: D. Juan
Francisco Bauluz, D. José San Gil, D. Tiburcio de Herla, D. Juan Lázaro, D.
Juan Antonio Sánchez, D. José Aguilar, D. Félix de Frías y D. Ignacio
Lajusticia, todos ellos a 45 libras, salvo el último que costó 36.
En
la segunda planta el precio de un aposentillo normal era de 36 libras y fueron
adquiridos por D. Juan Antonio Mañas, D.
Juan San Gil, D. Tiburcio de Herla, D. Juan Lázaro, D. Francisco Navarro, D. Félix
de Frías, D. Manuel de Olóriz y D. Antonio Martínez que lo adquirió
conjuntamente con D. Juan Vélez. En esta misma planta hubo algunos de mayor
tamaño y precio más elevado. Así, D. Jerónimo de Angulo y D. José de Mons,
compraron sendos aposentillos por 40 libras, y hubo otros dos que se vendieron
por 45: el de D. José Fernández Sarasa y otro comprado conjuntamente por D.
Miguel de Sola y Manuel Otano.
En
total se vendieron 24 aposentillos, más los del ayuntamiento y el cabildo. Como
habrán advertido nuestros lectores, algunas familias dispusieron de dos. Con
estos datos hemos podido reconstruir el plano de esta “casa de comedias” de
Borja que tuvo cuatro plantas. En la inferior, hubo aposentillos frente al
escenario y porches en los laterales. En la primera se encontraban los de la
ciudad y el cabildo, frente al escenario y cuatro en cada lateral. En la segunda,
hubo cuatro aposentillos por cada uno de los lados, ocupando la cazuela toda la
planta tercera. La puerta de acceso estaba situada bajo el porche situado a la
derecha del escenario y daba a la calle Mayor. En el porche de la izquierda se
situaba la escalera de acceso a los aposentillos superiores y la cazuela.
Hasta
la construcción de la casa, los espectáculos teatrales se realizaban en las
plazas públicas. En 1697, poco antes de su inauguración, actuó en Borja una
compañía de comediantes, durante las fiestas de la Exaltación de la Santa Cruz,
que llegó a la ciudad en un carruaje sufragado por el ayuntamiento.
A
mediados del siglo XVIII la Casa entró en un proceso de deterioro. De hecho, en
1749, la corporación municipal dio un plazo a los “dueños de los aposentillos
de las comedias” para que presentaran las escrituras de propiedad,
probablemente con el propósito de volver a vender los que estuvieran
abandonados.
El
30 de abril de 1768 fue preciso acometer obras de reparación, ante el estado
ruinoso que presentaba. Había llegado una compañía de cómicos y se decidió
autorizar las representaciones “por la utilidad que le puede producir al Santo
Hospital, al que le corresponde la cuarta parte del importe de las entradas”.
Pero, en septiembre de 1784, fue desestimada la petición de José Fuertes, autor
de comedias, “para representar por temporada en esta ciudad”, debido al estado
ruinoso de edificio al no disponer el hospital de los fondos precisos para
repararlo.
El
edificio terminó siendo vendido muchos años después y se transformó en un
teatro cerrado que llegó hasta nuestros días reconvertido en el Ideal Cinema,
uno de los cines que hubo en Borja, durante el siglo XX.
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