Uno
de los temas más preocupantes, relacionados con el patrimonio de nuestra
comarca, es el estado de la ermita de Gañarul, un pequeño monumento mudéjar
declarado Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés e incluido en el
conjunto denominado “Aragón Mudéjar”, algunos de cuyos elementos figuran
inscritos en la relación del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El
estado del pequeño templo, como reiteradamente hemos señalado, es lamentable y
su interior fue, hace tiempo, saqueado. Hasta ahora, creíamos que, de los
bienes muebles existentes en la ermita, los únicos que habían podido
conservarse eran la magnífica imagen de la Virgen de Gañarul, sobre la que
hemos informado recientemente, y la pila bautismal, ambos en la iglesia
parroquial de Agón. Sin embargo, merced a la amable comunicación de D. Cesáreo
Oliver Monteso hemos conocido que existen, en su poder, mantiene tres obras que
pudo retirar antes del expolio, con permiso de las autoridades eclesiásticas.
D. Cesáreo es biznieto de Dª Pelagia Bea y Huguet de Resaire, de la ilustre
familia de los Bea que fueron, a partir de lo primeros años del siglo XVIII,
propietarios de ese “coto redondo” que, desde el siglo XIV, había pertenecido a
los Cerdán.
Uno
de ellos es este lienzo de la Virgen del Rosario representada siguiendo un
modelo iconográfico habitual, con Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de
Siena a sus pies.
La
Virgen sostiene al niño en su regazo, teniendo en su mano derecha el Rosario
que entrega al fundado de la Orden de Predicadores. En torno suyo se disponen
una serie de tondos, entre motivos vegetales, representando los distintos
Misterios.
Conserva,
asimismo, dos sargas que representan la Anunciación. En una de ella aparece la
Virgen orando de rodillas, mientras que en la otra figura el arcángel San
Gabriel, llevando en su mano izquierda el ramo de azucenas.
Estamos,
por lo tanto, ante una noticia gratificante pues viene a demostrar que, al
menos, no se perdió todo. A ella se une la identificación del lugar en el que
se encuentra la lauda de la tumba que existía en el interior de la ermita, en
la que aparecen las armas que, probablemente, pertenecieron a algún miembro de
la familia de los Cerdán.
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