Una
de las fiestas tradicionales, a lo largo del año, ha sido siempre el Carnaval
que, en numerosos lugares, cuenta con manifestaciones peculiares. No ha sido
así en el caso de Borja, donde aunque siempre se celebró, su expresión quedaba
limitada, hasta mediados del siglo XX, a los bailes de máscaras que tenían como
escenario los diferentes casinos de la localidad y a las “murgas” compuestas
para la ocasión, a imagen de las que son populares en el sur de España.
Tras
una larga época en el que se interrumpió su celebración, en los últimos años ha
cobrado especial fuerza y el pasado fin de semana, merced a una cuidada
organización, los actos programados han contado con una amplia participación.
Hubo desfiles de carrozas,
presididos por las de la Reina y el Rey del Carnaval. La de la reina, Blanca
Corellano Lacaba, con una decoración fúnebre muy propia y la del rey, Jorge
Rodríguez Casado, con alusión a la motivación religiosa que siempre inspiró
estos días previos a la Cuaresma.
También desfilaron los Reyes
infantiles, Iker Ruiz Aranda y Adriana Zueco Longás, que representaron a la perfección su papel,
tanto sobre su estrado como en los “actos oficiales” a los que asistieron.
Porque, especialmente llamativa
resultó la entrada de la comitiva en la Casa Consistorial. En las escaleras de
este hermoso edificio quedaron inmortalizadas algunas de las imágenes más
impactantes.
Esta
es la fotografía de los regios personajes en el interior de la Casa realizada,
como no podía ser menos, en la estancia que lleva por nombre “Salón de Reyes”.
Como
es lógico, la fama de Borja ha atraído ya a esta fiesta a gentes procedentes de
los más remotos lugares, como puede verse en la fotografía superior.
Y todos ellos quisieron quedar
inmortalizados con Joseán, el organizador de los actos que aparece aquí, junto
al Rey de Carnaval.
Desde aquí queremos dejar constancia
del éxito de las celebraciones con esta serie de fotografías y con la esperanza
de que, cada año, se logre superar al anterior.
En la noche del domingo, la hoguera
puso punto final a unos intensos días, aunque el mal tiempo y la lluvia no
hicieron posible la masiva participación que se había registrado en los
restantes actos.
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