Directamente
relacionado con la fiesta de San Blas, a la que nos referiremos en el siguiente
artículo, existe el refrán: “Por San Blas, la cigüeña verás y, si no la vieres,
año de nieves”. Lo que ocurre es que este año, como el anterior, las cigüeñas
hicieron su aparición en las torres de Santa María en los primeros días de
enero, aprovechando el buen clima que disfrutamos en esas fechas.
Afortunadamente,
las nieves llegaron después y tanto el Moncayo como las alturas vecinas se
vistieron de blanco, lo que hace concebir la esperanza de que como se afirma en
otro refrán: “Año de nieves, año de bienes”.
Algo
de nieve se perdió esta semana, al volver a elevarse las temperaturas, como
puede apreciarse en esta fotografía tomada desde las almenas de la torre de
Bulbuente. Sin embargo, estos últimos días han vuelto a registrarse
precipitaciones, mientras las cigüeñas se hacían menos visibles en nuestros
cielos.
Estas
alternativas climatológicas son relacionadas ahora con lo que se ha dado en
llamar el “cambio climático” que ha debido ser algo frecuente en el transcurso
de la historia pues, cuando recientemente comentamos las obras hidráulicas
construidas o reparadas en el siglo XVIII, hicimos alusión a los testimonios
documentales encontrados sobre la grave y pertinaz sequía padecida a finales de
esa centuria. Por otra parte, los de más edad recordarán, sin duda, las
constantes referencias a la “pertinaz sequía” que, en el pasado siglo, aparecía
en los discursos oficiales de la época.
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