El 27 de diciembre de 1908
cayó abatido en un enfrentamiento con la Guardia Civil Tomás Aguaviva Andrés “el Chiripa”, el último de los bandoleros que
actuó por nuestra zona. Había nacido en Villalengua hacia 1869, en el seno de
una familia humilde pero honrada. Era delgado, bajo de estatura, rubio y de
ojos azules y trabajó como jornalero hasta que decidió incorporarse a la
partida que capitaneaba el célebre bandolero Cisneros. Más tarde llegó a tener
cuadrilla propia que cometió numerosos delitos por la zona de Calatayud y el
Moncayo.
Le perdió el hecho de
haberse enamorado apasionadamente de una joven de su localidad natal, a la que
acudía con cierta frecuencia para visitarla. En una de esas ocasiones fue
denunciado por un vecino y una pareja de la Guardia Civil del puesto de
Torrijos marchó hacia Villalengua el 19 de diciembre de 1908. Acompañados por
el alguacil, fueron hasta su casa y al entrar la fuerza pública, abrió fuego
con un trabuco hiriendo gravemente al Guardia Civil D. Enrique Donoso. Aprovechando
la sorpresa saltó por una ventana y pudo huir. Al tener conocimiento de lo
ocurrido el Gobernador Civil movilizó a todas las fuerzas disponibles para
intentar capturar al bandolero.
El día
27 de diciembre se encontró con él en las proximidades de Tabuenca el vecino de
esa localidad Lucas Barcelona Sancho, de 17 años de edad, que fue el padre del
famoso presentador de TVE D. José Luis Barcelona. “El Chiripa” llevaba varios
días sin comer y le pidió al joven que le diera algo de pan, pero sólo pudo
entregarle unos cuantos higos. Poco después se separaron y mientras Lucas se
dirigió a Trasobares, el bandolero marchó hacia Tierga, en cuyo término
municipal fue sorprendido por una pareja de la Guardia Civil del puesto de
Tabuenca.
Al
advertir que retrocedía, le dieron el alta pero, inmediatamente sacó el trabuco
que llevaba escondido bajo la manta y disparó, alcanzando al Guardia Civil D.
Claudio Cid Fernández, que repelió la agresión con varios disparos,
alcanzándole en la región abdominal, a pesar de lo cual tuvo fuerzas para
abalanzarse sobre el guardia con una navaja de grandes dimensiones. El otro
Guardia Civil D. Adrián Martínez Pérez abrió fuego, cayendo muerto como
consecuencia de un impacto directo en el cuello.
El
cadáver fue identificado por varios vecinos de Villalengua en el cementerio de
Tierga, mientras el Gobernador Civil ordenó la apertura de actuaciones para
depurar las responsabilidades en las que hubieran podido incurrir los miembros
de la Benemérita que habían intervenido en los hechos. El 24 de febrero de
1909, la autoridad judicial ordenó el sobreseimiento de la causa por considerar
“el grave e inminente riesgo para sus vidas” al que se habían visto envueltos
en el momento de la captura del bandolero, por lo que consideraba que “debiera
en justicia ser considerado como mérito en sus carreras”.
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