Aunque la noche era fría, fueron muchas las personas que se congregaron en la plaza del Mercado, en torno a la hoguera de San Antón. Para algunos, fueron muchas más de las registradas en ocasiones anteriores.
A todas ellas,
la cofradía les hizo entrega de patatas asadas, acompañadas de vasos de vino y
hubo más que suficientes para cumplir con esta bonita tradición.
Todo ello
requiere una preparación, que comienza extendiendo arena en el pavimento de la
plaza, para no dañarla con el fuego. Después, se descarga la leña de calidad, en
cantidad suficiente para que la hoguera arda durante un tiempo.
Mientras tanto,
las patatas son asadas en un horno de pan, tarea que por ser tantas, no se
podría realizar a tiempo en la propia hoguera.
A las ocho en punto
se procedió al encendido de la hoguera, que contribuyó a caldear el ambiente,
mientras los asistentes se agolpaban en torno a la mesa en la que se repartían
las patatas y el vino.
Ya avanzada la noche, los miembros de la cofradía, asan panceta y choriceta. En este caso en las brasas de la hoguera, como recompensa al esfuerzo que ha supuesto el desarrollo del acto.
Un éxito para
la cofradía y, en especial, para los mayordomos de este año, las familias Pasamar-Peña
y Polo-Pasamar. Mañana publicaremos imágenes de la bendición de los roscones y
de los animales, celebrada en Santa María.
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