El lunes, la mañana amaneció nublado, pero, a mediodía, salieron los cabezudos sin los gigantes, congregando también a muchas personas.
Iban acompañados,
en esta ocasión, por la charanga “El Cachondeo”. Hubo muchas carreras,
protagonizadas por los más pequeños, pero también pudimos ver el paso más
reposado de los cabezudos mayores y algunas escenas simpáticas de los niños que
saludaban a algunos de ellos.
En la plaza del
Mercado, ese benemérito conjunto de cocineros voluntarios preparó un gigantesco
rancho, del que disfrutaron muchas personas.
Al compás de la
música de la charanga, la mayoría de los asistentes dieron buena cuenta del
guiso en cómodas mesas instaladas por la Brigada Municipal en los soportales de
la plaza, aunque los más jóvenes lo hicieron en las gradas, sin importarles las
inclemencias del tiempo. Nos dijeron que el rancho estaba buenísimo y, además acompañado
con un vaso de vino.










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