domingo, 11 de noviembre de 2012

Abejar en Borja


            Uno de los seguidores habituales de nuestro blog tiene una especial aversión a los abejares, por causas que desconocemos, y se ha dirigido a nosotros interesándose por conocer el número de los que, todavía, nos quedan por publicar. Lógicamente, desconocemos ese dato, debido a que la intensa actividad de Pedro Domínguez Barrios, recorriendo incansable los montes de nuestra zona, nos aporta continuamente imágenes con los que va “descubriendo”.





            Para suplicio de nuestro amigo hoy nos ha dado cuenta de este abejar que se encuentra en el término municipal de Borja, entre las partidas de Valcadera y Las Paúles, al pie de un camino que desciende de la ladera norte de la Muela Baja y desemboca en el camino de Mallén.





            Se trata de una pequeña edificación, situada en un pintoresco paraje que, como muchas similares, se encuentra en estado de completo abandono y a punto de desaparecer. De ahí, el interés del trabajo de Pedro por documentar lo que, muy pronto, ya no existirá.






            Como otros muchos de la zona, es de planta rectangular y de espacio único, con las colmenas en uno de sus laterales y un banco corrido en el otro que, en este caso, gira en el testero en forma de L. Bajo el escombro se puede apreciar el pavimento realizado en ladrillo.






            Tenía capacidad para 45 colonias y, todavía se conservan los accesorios de trabajo. Las tapas de las colmenas eran de barro con mango de madera, a diferencia de otras que hemos publicado (cuadradas de madera, con bisagra o móviles de esparto).





            En el muro sur existe un machón rectangular, que sirve como refuerzo, en el que está grabada la fecha de construcción: “Año de 1796”, lo que representa un interés añadido a este abejar, al poder ser datado.






            A la derecha del mismo se encuentra un pequeño armario en voladizo y, a su izquierda, una graciosa hornacina en arco con ménsula.






            Una de las peculiaridades de este ejemplar es que se accedía al espacio interior por una especie de pórtico o vestíbulo, ya derrumbado, en el que también existía un pequeño banco corrido y dos pequeñas tacas con arco en una de sus esquinas.





            Quede aquí constancia de este “nuevo” abejar que se incorpora al exhaustivo inventario que se está realizando y que, en algún momento, tendrá su reflejo en una obra que incluiremos en la serie dedicada a la Arquitectura Popular de la comarca.

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