Continuando nuestro recorrido por las
localidades de nuestra zona, hoy nos detenemos en Ainzón, un municipio
enclavado en un hermoso lugar, a orillas del Huecha y a escasa distancia de
Borja, el cual reúne una serie de monumentos de interés.
El edificio
más importante es la iglesia parroquial
de Nuestra Señora de Piedad, reedificada en la segunda mitad del siglo
XVII, sobre la iglesia anterior. De estilo barroco, es de planta de cruz latina
con cabecera recta y cubierta por bóveda de lunetos. En el crucero tiene cúpula
ciega sobre pechinas.
La puerta actual se
abre a los pies del templo mediante arco carpanel de doble rosca. Delante tiene
un pórtico ochavado, con tres arcos de medio punto, sobre el que se levanta el
coro alto. Al interior, la forma pentagonal de este cierre da la impresión de
que, anteriormente, correspondiera a la cabecera de la iglesia.
La torre fue
reedificada en 1715. Es de planta cuadrada, construida en mampostería y
ladrillo. Tiene tres cuerpos. El inferior, muy alto, es ciego; el segundo
tiene vanos dobles ciegos y en el
tercero están situadas las campanas.
A mediados del siglo
XVIII, se construyeron las capillas laterales. Destacan por su importancia las
más próximas al crucero. Son simétricas y con dos tramos de bóveda; el primero
con cúpula sobre pechinas y linterna, el
segundo con bóveda de lunetos. Siguen, a continuación, otras dos capillas
simétricas, también de dos tramos, aunque de menor altura y de cúpulas sin
linterna.
En el interior del
templo se conservan obras de arte de interés y de estilos diferentes. Hay un
retablo gótico pintado por Juan Fernández Rodríguez, el llamado “maestro de
Ambel”. Está fragmentado, la predela puede verse en el crucero, bajo el cuadro
de Santa Lucía. En el actual retablo de Ntra. Sra. del Rosario hay cuatro
tablas que representan a San Jorge, San Sebastián, San Jerónimo y San Miguel.
El calvario se exhibe, actualmente, en una pequeña capilla situada junto al
pórtico, a los pies de la iglesia.
Una pieza muy
importante es el Santo Cristo de estilo gótico que formó parte de un Calvario,
datado en el siglo XIV.
La imagen de la Virgen
apareció emparedada y ahora puede verse junto a la puerta de entrada.
En la capilla del Santo
Cristo está, asimismo, las reliquias de San Severino, colocadas en un retablo
romanista reaprovechado. De la misma época es el retablo situado enfrente.
El retablo mayor, de
manera dorada y policromada fue realizado en la segunda mitad del siglo XVII y
es de estilo barroco. Se conservan, asimismo, varios retablos importantes del
siglo XVIII.
Situada
en las proximidades de Ainzón, junto al polígono industrial, se encuentra la ermita de San Sebastián, uno de los más
interesantes templos medievales de la zona.
De
una sola nave de planta rectangular, con cabecera recta, consta de cinco tramos
separados por arcos de diafragma apuntados. La cubierta a dos aguas es de
rollizos con vueltas de yeso, salvo el tramo correspondiente al presbiterio que
tiene bóveda de arista simple que apoya sobre ménsulas con una curiosa
decoración.
Además
de que sus dimensiones de 22 x 9 metros son significativamente grandes para un
edificio de estas características, su interés radica en el hecho de que es el
único templo conservado en la comarca con muros de barro con verdugadas de
ladrillo. El alero es de doble teja, característico de la zona.
Hace
tiempo que dejó de cumplir su función religiosa y pertenece a dos propietarios
diferentes, por lo que el interior está dividido por una pared de adobes. Ha
sido utilizado como almacén agrícola y, recientemente, se hundió una parte de
su cubierta, por lo que su supervivencia está gravemente amenazada.
Ainzón
estuvo bajo la jurisdicción de los abades de Veruela que edificaron un palacio
junto a un antiguo torreón, de
probable origen islámico que se aún se conserva, aunque oculto por las
construcciones que lo rodean.
El arco de San Antón es una de las cuatro
antiguas puertas de acceso a la población. Se trata de un arco de medio punto
de ladrillo. Sobre el mismo un franja de ladrillos es esquinilla y como remate
la hornacina con la imagen del santo, cubierta con tejado a dos vertientes.
En
el casco urbano destacan varios edificios de interés. Uno de los de mayor
prestancia es el situado en la calle Barrio Bajo, de estilo renacentista con la
característica galería superior de arcos de medio punto.
En la calle General
Mendívil hay también edificios importantes, aunque sometidos a desafortunadas
restauraciones en algunos casos.
No
podemos dejar de señalar la casa natal del ilustre escritor aragonés D. Marcos
Zapata Mañas, en cuya fachada existe una lápida dedicada a su recuerdo.
Existen
también varios edificios de ilustres familias con piedras armeras en sus
fachadas y es también importante la presencia de edificios construidos en el
siglo XX por destacados arquitectos aragoneses de esa época.
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