En
su búsqueda incesante de abejares, Pedro Domínguez nos conduce hoy a uno
situado al pie de la plataforma calcárea de la Muela Baja de Borja. En la
actualidad está oculto entre los pinos que fueron plantados, a mediados del siglo
pasado.
Se
trata de un abejar del mismo tipo de los comentados en otros artículos, con dos
espacios bien diferenciados. Posteriormente, se le añadió en el lado Sur una
construcción para albergar al ganado.
La
primera de las estancias, con la cubierta ya derrumbada, era el espacio de
trabajo y, en una de sus esquinas se encuentra la chimenea.
En
la campana de la misma aparece grabado “Año 1934” que, probablemente, puede
corresponder al de su construcción. Sobre ella, se escribió con lápìz “El dia
24, 25 y 26 de marzo de 1942 se subió el material. Félix” que puede hacer
referencia a la obra del otro edificio.
El
siguiente espacio, también arruinado albergaba al abejar, propiamente dicho,
con capacidad para 36 colonias. En él se conserva el característico banco
corrido y ese pesebre que aparece, frecuentemente, en uno de los ángulos.
El
alzado sur está enfoscado, con alero de dos listeles de ladrillo. Se observan
las plataformas de vuelo para las abejas, en cada una de las piqueras.
Aunque
la cubierta está muy arruinada, como hemos señalado, se conserva intacto el
pavimento interior, realizado en ladrillo.
Sobre
el mismo, Pedro ha encontrado estos recipientes, a manera de escudillas,
realizados en madera de pino, cuya utilidad no aparece clara.
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