Con
motivo de la limpieza del cauce del Huecha que se está efectuando estos días,
hemos hablado ya del puente de Maleján. Sin embargo, pocos conocen que el autor
del proyecto fue el ingeniero D. Antonio López Franco y, mucho menos, que le
había sido concedido el título de “Hijo Adoptivo de la ciudad de Borja”. Por
estos motivos, queremos recordarle hoy, dando a conocer algunos datos de su
relación con esta zona.
Antonio
López Franco había nacido en los últimos años del siglo XIX. En un artículo
publicado en La Voz de Aragón se
definía como “oriundo de Borja y vinculado a ella por lazos de afecto e
intereses”, aunque no hemos podido precisar cuál era la relación familiar que
tenía con nuestra ciudad. Cursó la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y
Puertos, entrando al servicio del Estado como Ingeniero de Obras Públicas. Más
tarde ejerció como profesor de Química y Materiales de Construcción en la
Escuela de Caminos de Madrid. Es considerado el introductor de la Química
Cuántica en la enseñanza universitaria española, siendo el autor de un Compendio de Química para uso de sus
alumnos, en 1928. En 1956, publicó con su hijo Antonio López Bustos otra obra
relacionado con este tema, Nociones
generales sobre las mecánicas cuántica y ondulatoria. Además, son numerosos
los artículos que, con su firma, aparecieron en la Revista de Obras Públicas, tanto sobre temas de su profesión como
sobre su asistencia a los congresos internacionales en los que participó.
Su
relación con Borja surgió a raíz de su interés por la regulación de la cuenca
alta del Huecha para mejorar los regadíos de la zona. En junio de 1925, el
Sindicato de Riegos de Borja le encargó la redacción del proyecto de
construcción de un embalse en Morana. Eran unos momentos de euforia,
propiciados por la política de fomento de obras públicas emprendida por la
Dictadura de Primo de Rivera y, en la prensa local, se había iniciado una
campaña bajo el lema “El futuro de Borja está en Morana” que despertó el
entusiasmo de amplios sectores de la población. El proyecto fue presentado en
mayo de 1926, pero la Confederación Hidrográfica opuso algunos reparos que
fueron solventados con un nuevo proyecto elaborado en 1927 que la llegada de la II República terminó
cancelando, tras un nuevo estudio realizado por el ingeniero D. Primitivo M.
Sagasta que lo consideró inviable. No obstante, el interés que D. Antonio López
Franco había demostrado fue determinante para que la corporación municipal,
presidida por D. Juan Antonio Alzola, tomara el acuerdo el 20 de octubre de
1926, de concederle el título de “Hijo Adoptivo”.
Por
aquellas fechas se le había encomendado la construcción de un puente en el
camino del Campo, a la altura de Maleján. No era una obra de gran envergadura,
pero reviste interés ya que, en ella, López Franco puso de manifiesto su
interés por las estructuras de hormigón a las que venía dedicando especial
atención desde hacía varios años.
El
puente está formado por tres pilastras sobre las que se asientan las grandes
vigas de hormigón que sirven de base al tablero.
La
estructura principal del mismo, también de hormigón está encofrada “in situ”,
según puede apreciarse en la fotografía superior.
Precisamente,
fue el día de la inauguración del puente, en 1929, cuando se hizo entrega a D.
Antonio López Franco del título de “Hijo Adoptivo” que le había sido concedido
tres años antes.
En
este artículo dedicado, fundamentalmente, a dar a conocer la figura de este
ilustre ingeniero, no queremos dejar de señalar que, hace pocos años, se
decidió ampliar el puente mediante placas de cerámica soportadas por unas
ligeras vigas metálicas que se han revelado insuficientes para soportar el peso
de los vehículos que por allí transitan, por lo que, mediante unos bolardos,
colocados en sus entradas, se ha vuelto a circunscribir el tráfico a los
límites de la estructura proyectada por D. Antonio López Franco que falleció en
Madrid el 15 de diciembre de 1968.
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