Este
plano, conservado en el Archivo Histórico Municipal de Borja, corresponde al
proyecto de construcción del nuevo azud de Marreque, en 1869.
En
el lugar que aparece marcado con la letra A, situado en el mojón que separaba
los términos municipales de Borja y Bulbuente, existía un antiguo azud de
“piedra y césped” que recogía las aguas del Huecha, encaminándolas al término
de Marreque. Un poco más abajo, en el lugar señalado con la letra B, está la
fuente de la Teja. En aquellos momentos, el agua que salía de ella se llevaba,
mediante un canal de madera hasta el citado azud.
El
año 1868 fue tan escaso de lluvias que apenas se pudo regar Marreque, por lo
que los arrendatarios que lo cultivaban decidieron abandonar sus tierras. Los
propietarios decidieron entonces acometer las obras necesarias para incrementar
el agua de ese término.
Finalmente,
se optó por construir un nuevo azud, aguas abajo del anterior, mucho más sólido
que el anterior y situado de tal forma que pudiera recibir íntegramente las de
la fuente de la Teja. Para ello se constituyó una Junta de Obras integrada por
D. Manuel Sancho, D. Andrés Remón, D. Simón Almao, D. Francisco Tejero, D.
Anselmo Simón, D. Jorge Aznar y D. Tomás Rodrigo.
Se
encargó el proyecto al maestro de obras D. Narciso Salillas que fue quien
escogió el lugar más adecuado para su emplazamiento. Fue preciso adquirir a D.
Mariano García Corellano un “almud” de tierra en la margen izquierda del río
para trazar por allí la nueva acequia.
Con
arreglo al presupuesto de la obra se repartió una alfarda de nueve reales de
vellón, por hanega de tierra, para hacer frente al mismo.
Comenzaron
los trabajos el 17 de octubre de 1868, excavando una zanja de cuatro metros de
ancho para buscar la peña roya en la que asentar la presa. Pudo comprobarse que
la roca aparecía a un metro de profundidad, en el punto E, pero un poco más
adelante descendía hasta los cuatro metros. La llegada del frío y la falta de
recursos obligaron a interrumpir la obra.
Precisamente,
el 1 de enero de 1869, comenzó su andadura el Sindicato de Riegos, asumiendo
todas las competencias que, hasta ese momento, correspondían al Ayuntamiento.
El primer presidente de la sección de Marreque fue D. Rufino Cardona que decidió
proseguir con el proyecto.
Tras
una nueva alfarda de la misma cuantía que la anterior, se reanudaron la
excavación de la zanja. Ante la cantidad de agua que “manaba”, fue preciso
instalar cinco bombas que resultaron insuficientes, por lo que se trajo de
Zaragoza una “noria china” del maquinista D. Joaquín Escolar. Tuvieron que
dedicarse 16 hombres para hacer funcionar la máquina, día y noche.
Concluida
la zanja se clavaron piquetes de madera y se levantó la presa con argamasa de
cal y arena, continuando a la izquierda con un muro de arcilla roja traída del
tejar de Borja.
Posteriormente,
el cantero Juan Lamo la recubrió con 64 metros cuadrados de piedra de cantería
labrada, procedente de la Muela Alta, terminando la obra el 3 de julio de
18x69. El informe final de los trabajos fue suscrito por D. Tomás Rodrigo el 7
de octubre de ese año. En él hizo constar que participaron en los mismos 1.661
braceros y 88 carros de mulas y bueyes. El coste total fue de 30.264 reales,
por lo que preciso efectuar una nueva derrama de 12 reales de vellón por
hanega.
Aparecieron
pequeños manantiales que daban media “fila de agua” que unida a la mejora en la
captación del Huecha permitieron aquel verano, también muy seco, regar “los
cáñamos y verdes muy abundantemente” de manera que “este término que era de los
más inferiores, por la falta de agua, hoy ocupa uno de los lugares más
preferentes en agricultura”.
Eso
ocurría en 1869 pero, años más tarde, Marreque volvió a ser deficitario y hubo
que incrementar sus aguas con las procedentes del pozo de Fuentes.
Ahora,
el azud presenta un aspecto muy distinto y apenas se adivina nada de lo
construido entonces, pues fue recubierta de hormigón la pequeña zona que
emergía del cauce del río.
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