La
Casa de las Conchas fue el solar de una de las familias más destacadas de la
ciudad, los Vera, a pesar de la cual
conocemos muy pocos datos de su historia, aunque sí de algunos de sus miembros
más relevantes como D. Diego de Vera, el señor de Majones, asesinado en la
plaza del Mercado el 15 de septiembre de 1615, o la condesa de Castellflorit,
última representante de esta estirpe. Dejando al margen estas cuestiones
históricas, hoy vamos a ocuparnos del escudo de armas que aparece sobre la
puerta principal de acceso a la casa.
Se
trata de una obra de gran interés, por varias razones. En primer lugar, porque
nos permite datar la fecha de ejecución de la gran reforma a la que fue
sometido el edificio y, sobre todo, debido a que nos permite adelantar el
enlace de la familia Vera con otras ilustres casas aragonesas.
Respecto
a la primera cuestión, al pie del escudo se hace constar: “Acabose año MDXXII”.
No cabe, por lo tanto, ninguna duda de que fue en 1522 cuando finalizaron las
obras de remodelación de la casa, hasta adquirir el aspecto que hemos conocido
en nuestros días. No obstante, se mantuvo el núcleo original de un edificio
anterior, con muros de tapial que, en algunas zonas, fueron revestidos de
ladrillo. Llaman la atención las dos cruces de Santiago que aparecen sobre las
letras y que hay que poner en relación con las conchas o vieiras de la puerta
que dieron nombre al edificio.
El
conjunto está enmarcado por una greca de motivos florales y características
similares a las que aparecen en la decoración de la gran portada de acceso a la
planta noble que, próximamente, será restaurada.
El
escudo está cuartelado, figurando en los cuarteles primero y cuarto el forro de
veros propio de la familia Vera, formado por campanas de azur sobre botes de
plata que, en Heráldica, se considera inspirado en la piel de la marta cibelina.
En
el segundo cuartel aparecen las armas de los Torrellas, tres castillos de azur
sobre campo de oro. Este linaje era oriundo de la localidad del mismo nombre,
cercana a Tarazona.
Finalmente,
el cuarto corresponde a las armas de los Gurrea, dos lobos de oro sobre campo
de Gules. Esta familia había emparentado con los Torrellas y, a través de
estos, lo hicieron con los Vera. Se conocen varios enlaces entre ambas casas. Según
Sánchez del Río, hacia 1575, Diego Jerónimo de Vera y Francés contrajo
matrimonio con Dª María Torrellas y Gurrea. Sin embargo, ya en 1568 era señor
de la mitad de Albeta D. Indalecio de Vera y Torrellas, por lo que las
relaciones entre estas familias eran más antiguas, tal como atestiguan las
armas que estamos comentando.
Como
tenentes aparecen dos “salvajes”, una representación de figuras humanas
cubiertas de pelo, de origen medieval que se mantuvo como elemento heráldico
durante el siglo XVI. Hay que destacar, asimismo, las cabezas de leones y los
animales mitológicos que se disponen en el marco que lo rodea. Al pie del mismo
debemos llamar la atención sobre dos pequeños ángeles que portan en sus manos
cartelas con una leyenda que, todavía, no hemos podido transcribir.
Como
timbre, un yelmo con penacho de plumas y, sobre el mismo, el rostro de una
persona. A ambos lados pueden verse esos animales mitológicos a los que hemos hecho referencia.
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