En
la noche del sábado día 23 de julio, numerosas personas se congregaron al pie
de la torre medieval de Bulbuente, con motivo de la recreación de la leyenda de
la “Mora encantada”. Desde la última ocasión en la que tuvimos la oportunidad de
presenciarla, hemos podido constatar las mejoras introducidas en esta
representación teatral, hasta el punto de convertirse en un espectáculo de
calidad que merece la pena conocer.
Estructurada
en una serie de cuadros, la interpretación corre a cargo de actores locales,
plenamente imbuidos en sus papeles y con una perfecta dicción. Este aspecto era
especialmente significativo en el caso de narrador que inicia el relato y pone
el punto final.
La
leyenda gira en torno a Aisha, la hija del alcaide de la fortaleza de Bulbuén
que, con ocasión de una incursión cristiana, se enamora ciegamente de Alonso,
un joven caballero navarro que ha tomado parte en ella.
Su
padre, que le profesa un especial cariño, le hace jurar que nunca tendrá tratos
con ningún hombre sin su consentimiento, pero la joven que ha quedado prendado
del joven navarro, busca la ocasión de reencontrarse con él.
La
entrevista llega a tener lugar y, en ella, los dos amantes manifiestan el amor
mutuo que ha prendido en su interior, coronándolo con un casto beso.
Desgraciadamente,
la ausencia de Aisha es detectada por los moradores del castillo y su padre,
temiendo lo peor, envía en su busca a un grupo de soldados, al frente del más
veterano de sus capitanes. Cuando la encuentra, se produce un enfrentamiento
con el navarro y, como consecuencia del mismo, cae muerto a los pies de la
joven, que no puede contener sus lágrimas ante la pérdida de tan fiel servidor.
Al
saber el padre lo que ha ocurrido, no vacila en manifestar su enojo por el
comportamiento de la hija que, a pesar de todo, sigue firme en su amor hacia el
cristiano. Por ello, ante todos los habitantes de Bulbuén, convocados al efecto
se dicta la terrible sentencia por la que la joven queda, para siempre, convertida
en piedra.
Al
tener conocimiento del trágico final, Alonso que había logrado huir llora
amargamente la pérdida de su amada y, cada año, su sombra vaga por las
estancias del castillo.
La
representación termina con la entrega, por parte, del relator del texto de la
leyenda, para perpetua memoria de los habitantes de Bulbuente y explicación de
esa losa que, todavía, se conserva en ese hermoso paraje que lleva por nombre “La
mora encantada”.
Al
final, todos los actores correspondieron a los calurosos aplausos del público,
reconociendo su magnífica interpretación y, de manera especial, la labor de
Marian Antón-Sanjuán, la directora de la obra que, en esta última fotografía,
aparece a esas dos grandes actrices que son sus hijas.
Por
nuestra parte, queremos resaltar también la labor de Javier Usieto Aznar, por
su gran labor al frente del sonido. No es fácil hacer posible que la voz de
todos los actores llegara con extraordinaria calidad a quienes asistían a la
representación y, desde luego, en este sentido, las mejoras advertidas fueron
evidentes.
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