Ayer
visitaron Borja las jóvenes investigadoras Dª Alicia Muñoz del Pozo y Dª Giulia
Torrielli, esta última italiana, con el objetivo de estudiar las canteras de
alabastro existentes en nuestra ciudad, dentro del marco del proyecto que sobre
la utilización del alabastro aragonés coordinan las profesoras Dª Carmen Morte
y Dª Belén Boloqui.
Como
señalamos en artículos anteriores ya había resultado especialmente llamativo el
uso de este material en numerosas construcciones de nuestra zona y, el 25 de
junio de 2015 dimos noticia de la localización de estas canteras, realizada por
D. Juan Manuel Serrano Lacaba, acompañándola con las fotografías que de las
mismas había realizado.
En el
recorrido efectuado, en compañía del Presidente del Centro de Estudios
Borjanos, la primera de las sorpresas fue constatar el elevado número de este
tipo de explotaciones existentes aquí.
Otro
detalle sumamente llamativo es la potencia de los estratos que, como nos
manifestaron, no habían visto en ningún otro lugar, así como algunas
características geológicas que hacen de estas canteras un caso singular.
Nos
llamó también la atención la existencia, junto a la embocadura de acceso a cada
una de ellas, de casetas excavadas en la roca o exentas, que indudablemente
guardaban relación con la explotación, por lo que se tomaron muestras de madera
para intentar datar las últimas reformas de las mismas.
Se
tomaron muestras también de alabastro que, a primera vista, es similar al
utilizado en muchas de las obras que han sido estudiadas anteriormente.
En
cualquier caso, el volumen de material extraído en las mismas es muy elevado,
primero como material de construcción y, posteriormente, para la elaboración de
yeso, como parecen demostrar las marcas que han quedado en los estratos
inferiores. Sería conveniente ahora, encontrar testimonios documentales sobre
su funcionamiento y, en este sentido, el Dr. Aguilera Hernández está revisando
datos muy interesantes que ha localizado en el Archivo Histórico de Protocolos
Notariales de Borja.
Al
comentarnos la posibilidad del empleo del alabastro en época romana, visitamos
también la torre del Pedernal, pudiendo comprobar que la mayor parte de sus
sillares son de alabastro, con algunos de arenisca roja, más degradados. Son de
características muy similares a los de las canteras, aunque también aparecen
otros blancos, como en Santa María, cuya procedencia no hemos localizado. No
obstante, la propia torre se asienta sobre rocas de alabastro.
Distinto
es el caso de los restos recientemente encontrados entre la calle de San
Bartolomé y la de Belén, donde los sillares son de caliza, lo cual nos habla de
una época constructiva diferente, así como el tipo mucho más descuidado del
aparejo.
Jornada,
por lo tanto, sumamente productiva la de ayer, que va a obligar a replantearse
el interés que, en el pasado, tuvieron estas explotaciones en Borja.
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