A las
once de la noche de ayer miércoles estaba previsto el inicio del desfile
procesional que iba a trasladar la imagen de San Juan Evangelista hasta la
colegiata de Santa María. Para entonces, la fachada de la antigua iglesia de
San Pedro Mártir (Santo Domingo) que fue la sede canónica de la cofradía, donde
había sido constituida por la Congregación Mariana, se encontraba
espectacularmente iluminada, luciendo en su fachada el emblema de la misma.
Poco
después, hizo su entrada en la plaza, procedente de la avenida de Ramón y
Cajal, la Agrupación de Cornetas, Tambores y Bombos de la cofradía, miembros de
la misma y representantes de las cofradías hermanadas de las Siete Palabras de Gallur, del Ecce Homo de Mallén y de la Magdalena de Tarazona.
Tras
la interpretación de varias marchas, se produjo el esperado momento en el que
las puertas del antiguo templo se abrieron para dar paso a la imagen de San
Juan Evangelista sobre la peana en la que, desde hace unos años, procesiona.
Con
las luces de la plaza apagadas y con el leve sonido de los tambores como fondo,
D. Raúl Rivarés Custardoy que acompañaba al párroco D. Carmelo Roy Blasco, leyó
una vibrante alocución, explicando el significado del acto y poniendo de
manifiesto el papel especial que el Apóstol San Juan representó en el drama de
la Pasión de Cristo, terminando con el rezo de un Padrenuestro.
Tras
el nuevo homenaje de la cofradía a su titular, hecho expresión a través del son
de los instrumentos de su banda, la imagen de San Juan inició su recorrido por
las calles de nuestra ciudad, a hombros de sus cofrades.
El
acto contó con la presencia de numerosas personas que siguieron con atención el
desarrollo del mismo, en gran medida gracias a la perfecta megafonía instalada
por Iñakilux, empresa responsable asimismo de la iluminación y efectos
especiales. No queremos dejar de poner de manifiesto el esfuerzo realizado por
los responsables de la cofradía para que todo se desarrollara con la perfección
que pudimos constatar.
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