Esta
fotografía fue tomada el pasado Viernes Santo en la capilla de la Virgen del Carmen,
de la iglesia parroquial de Mallén, poco antes del inicio de la procesión del
Santo Entierro. En ella aparecen un grupo de cofrades de la Virgen Dolorosa que
acompañaron al paso que aparece detrás, con traje negro y mantilla española,
una indumentaria que, hasta hace no demasiado tiempo, era habitual en esos días
del Triduo Pascual.
Curiosamente,
esta forma de vestir no era privativa de un determinado estatus social, sino
que la mantilla era lucida con orgullo y distinción por muchas mujeres, como
puede apreciarse en esta fotografía, de la primera mitad del siglo XX, tomada
en la calle Alfonso de Zaragoza.
Es
digno de destacar el mantenimiento de esta tradición en Mallén, sobre todo
porque en esa misma fecha pudimos presenciar en Borja la conversación mantenida
por un anciano, con un grupo de señoras de su quinta, a las que proponía
participar el año próximo en el Entierro de Cristo, ataviadas con mantilla y
peineta, sugerencia rechazada con ardor por todas ellas, por considerarla
completamente “anticuada”. Ni que decir tiene que muchas, de las que eso opinan,
no vacilan en tocarse con llamativos sombreros o desproporcionadas pamelas, con
ocasión de bodas religiosas o civiles. Bien, por lo tanto, por las cofrades de
Mallén.
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