San Francisco de Borja en Venecia

 

        Hoy celebra la Iglesia la fiesta de San Francisco de Borja, a quien recordamos en Venecia, visitando la hermosa iglesia de Santa María Assunta, edificada por los jesuitas entre 1715 y 1728.

         Construida por Domenico Rossi, es una iglesia de planta de cruz latina, con tres capillas en la nave central, en cuyo centro de dispone el precioso púlpito obra de Francesco Bonazza. Todo el techo de la nave está decorado con frescos, pintados por Francesco Fontebasso, en 1734. Impresionante el altar mayo, bajo una cúpula sostenida por diez columnas salomónicas de mármol verde.

 

         En el crucero, se disponen las imágenes de los arcángeles San Miguel, San Gabriel, San Rafael y San Sariel, obra de Giuseppe Torreti. En esta fotografía correspondiente al brazo izquierdo, puede verse el altar de la Asunción de la Virgen, presidido por el gran lienzo de Tintoretto.

 

         A la derecha se encuentra el retablo dedicado a San Francisco Javier, bajo el que puede verse la imagen que lo representa, abrazado a la Cruz, en el momento de su muerte frente a las costas de China. No es el único santo español presente en el templo.

 

         El fundador de la Compañía, San Ignacio de Loyola, tiene dedicado otro retablo, en el que está representado vistiendo casulla y sosteniendo con sus manos las Constituciones de la Orden.

         De calidad extraordinaria es el retablo de San Lorenzo, representado en el momento de su martirio, en un lienzo pintado por Tiziano en 1588, que inicialmente perteneció a la iglesia de Crosechieri.

 

         Pero, como decíamos al principio, en la iglesia se encuentra también representado San Francisco de Borja, vistiendo el hábito negro de la orden. Bajo sus rodillas, la calavera, la corona y el cetro que son sus atributos personales (en alusión a su conversión ante el cadáver de la emperatriz), así como un capelo cardenalicio por el que renunció cuando iba a crearlo Julio III.

         Delante de San Francisco se encuentra San Luis Gonzaga al que un ángel entrega el ramo de azucenas, símbolo de su pureza y, junto a la Virgen, otro santo jesuita, San Estanislao de Kostka con el Niño en sus brazos que es como suele ser representado.