El 5 de septiembre de 1761 fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja D. Atilano Ferrández y Fernández de Heredia. Era hijo de D. Fermín Ferrández de Navascués y de Dª. Ramon Fernández de Heredia y Castillo, pertenecientes ambos a distinguidas familias de infanzones.
En 1773, con tan solo 12
años, ingresó en la prestigiosa Academia de Artillería de Segovia y, tras
completar su formación, fue promovido al empleo de Subteniente en 1778. Sirvió
en los ejércitos de Aragón y Navarra durante quince años, pasando a la situación
de retirado en 1794, con honores y sueldo de Capitán. Por Real Cédula de 26 de
octubre de 1789 había sido distinguido por Carlos III con el hábito de la Orden
de Santiago, siendo armado caballero en el convento de recoletas de Pamplona.
Fue regidor perpetuo de
la ciudad de Borja y de la villa de Magallón, aunque fijó su residencia en
Cintruénigo, tras contraer matrimonio en esa localidad con Dª. Antonia de
Echeverría y Ligués, el 30 de mayo de 1790, con la que tuvo tres hijos. La
mayor Atilana murió sin descendencia; la segunda, María Antonia, fue la esposa
de D. Juan Antonio Milagro; y el menor, Benito.
D. Atilano fue nombrado
Diputado para asistir a la Asamblea Nacional, convocada en Bayona por Napoleón,
para legitimar las decisiones tomadas en relación con la Corona de España, pero
ante la evolución de los acontecimientos no acudió.
Fue quien decidió
edificar el que hoy conocemos como palacio de Navascués, en cuyo solar se encontraba
la casa de los Bauluz, una distinguida familia borjana de la que,
posteriormente, una de sus ramas pasó a establecerse en Magallón. El edificio
fue aportado como dote de Jerónima Bauluz cuando contrajo matrimonio con
Antonio Miguel Fernández de Heredia, perteneciente a otra importante familia de
nuestra ciudad que se consideraba emparentada con frey Juan Fernández de
Heredia, Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén en 1377.
Su nieta Ramona Fernández
de Heredia y Esmir, bautizada el 28 de noviembre de 1734 y que, el 21 de julio
de 1756, contrajo matrimonio con D. Fermín Ferrández de Navascués, padres de D.
Atilano que falleció en 1838, dejando inconcluso el nuevo palacio, tras la
interrupción provocada por la Guerra de la Independencia.
Lo
terminó su hijo D. Benito Ferrández Echevarría Fernández de Heredia y Ligués
(1802-1872), fruto de su matrimonio con Dª. Antonia Echeverría Ligués, bautizado
en la iglesia parroquial de Cintruénigo el 11 de enero de 1802.
Heredero de una cuantiosa
fortuna en Magallón y Borja, fue elegido Diputado a Cortes por la
circunscripción de Borja, en 1846, como candidato liberal. En 1851 volvió a
ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados por la circunscripción de
Zaragoza, siendo reelegido en 1854, tras su participación en los sucesos
revolucionarios de aquel año, que le llevaron a formar parte de la Junta
Interina de Gobierno, constituida en la capital aragonesa el 17 de julio de
1854. De nuevo fue elegido Diputado en 1858, en esta ocasión por el distrito de
la Misericordia de Zaragoza. Fue miembro de la Real Maestranza de Caballería de
Zaragoza y estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la
Católica.
Murió soltero en Madrid, el 25 de noviembre de
1872. Al no tener descendencia, como ninguna de sus dos hermanas, decidió dejar
la mayor parte de su fortuna para que fuera ampliada la iglesia parroquial de
Cintruénigo.
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