viernes, 3 de enero de 2025

In memoriam. Cardenal Angelo Amato

 

        Ayer nos llegó la triste noticia del fallecimiento del cardenal Angelo Amato el pasado 31 de diciembre, la cual nos afectó profundamente, dado que tuvimos la oportunidad de compartir con él una agradable visita efectuada a Borja en 2008.

         Había nacido en Molfetta (Italia) el 8 de junio de 1938 y era miembro de la Congregación Salesiana, en la que emitió sus votos el 28 de junio de 1962. Cursó estudios en la Universidad Pontificia Salesiana y posteriormente en la Gregoriana, especializándose en Cristología, siendo ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1967.

         Se doctoró en 1974 y, merced a una beca del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, entre los años 1978 y 1979 estuvo en el monasterio ortodoxo de Moní Vlatádon y, en 1988, amplió estudios de Teología en Washington. Era, por lo tanto, un hombre de gran formación.

         Fue consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y, en 2002, el papa Juan Pablo II, lo nombró Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, siendo consagrado obispo titular de Sila, con dignidad de arzobispo, por el propio Papa.

         Allí trabajó con el cardenal Ratzinger, que era Prefecto de la Congregación y, al asumir el Pontificado, lo nombró Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en 2008. En 2010, lo creó cardenal, con el título de Santa María en Aquiro.

         Dotado de grandes cualidades, cuando se celebró el conclave de 2013, se llegó a barajar su nombre como posible Papa, aunque el elegido fue el Pontífice reinante.

 

         En agosto de 2008 estuvo en Borja. Había venido a Tarazona para pronunciar la lección inaugural de la XI Semana de Espiritualidad y Liturgia, invitado por nuestro obispo D. Demetrio Fernández, al que había dirigido su tesis doctoral.

 

         Visitó la exposición de Arte Sacro de la Diócesis de Beja instalada en la Casa de Aguilar y, luego, con D. Demetrio, fuimos al Museo de la Colegiata y más tarde al Arqueológico. Hablaba perfectamente español y pudimos disfrutar de su gran simpatía y sentido del humor, como demuestra la anécdota que protagonizó en el Museo de la Colegiata.

         Tras un detallado recorrido por sus salas, donde quedó impresionado por las tablas góticas, llegamos a la última, donde se encuentra la tabla de San Pedro en Cátedra y, entonces, D. Demetrio le pidió que posase junto a ella. Monseñor Amato, aún no era cardenal, le preguntó el porqué allí y en ese momento. D. Demetrio le dijo que nada más oportuno que junto a esa representación de San Pedro como primer Papa.

         Fue entonces, cuando le interrumpimos para decirle (en broma) que había una tradición que quien se fotografiaba allí tenía muchas posibilidades de llegar a ocupar la cátedra de San Pedro. Monseñor Amato, muy serio, nos replicó “Yo no quiero ser Papa”, para inmediatamente, dirigiéndose a D. Demetrio (que ya había hecho la foto) decirle: “Pero, por si acaso, Demetrio, hazme otra en este otro lado”.

         Hubo otras varias anécdotas e, incluso, quiso ir hasta el Museo Arqueológico andando. Durante el trayecto continuaron sus muestras de simpatía, como cuando le pedimos un favor de su congregación. Nos replicó que lo acababan de nombrar Prefecto de la de la Causa de los Santos, por lo que veía un poco prematura incoar el proceso para nuestra beatificación. No es eso, monseñor, le dijimos. Como sigue teniendo influencia en la de la Doctrina de la Fe, nos gustaría que consiguiera del cardenal Levada que nos nombrara “familiar del Santo Oficio”, cargo muy necesario en Borja. Rio con la ocurrencia…

         La Iglesia ha perdido, con su fallecimiento, a un gran cardenal y, aunque nuestra opinión, nada tiene que ver con los designios del Espíritu Santo, mucho nos hubiera gustado que se hubiera cumplido aquel supuesto vaticinio borjano.


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