jueves, 23 de julio de 2015

La cueva de Caco y la ermita de San Benito en Los Fayos


            Ayer comentamos algunos de los recursos turísticos de la localidad de Los Fayos, así como de los altos farallones de rocas que dominan el casco urbano, en los que existen una serie de cuevas. A dos de ellas vamos a referirnos hoy, a la que acoge a la ermita de San Benito y a la llamada cueva de Caco.





            A la ermita se accede por un camino en el que encontramos un pilar votivo dedicado a la Virgen. Al final del mismo, un cancel situado junto a la acequia Alta, cierra el acceso, aunque unos vecinos nos facilitaron la llave.




            Traspasada la verja, se asciende por un bonito paseo hasta la fachada de la ermita, lo único visible de la misma ya que todo el edificio se encuentra edificado en el interior de una gran cueva.




            Se trata de un templo espacioso, dedicado al patrón de Los Fayos, San Benito, que sorprende al visitante. La cabecera está excavada en la roca y la nave se cubre por una cúpula hemiesférica ciega, sobre pechinas. Según la tradición, hubo en esta zona un eremitorio que se regía por la regla benedictina, aunque no existen testimonios documentales.




            Desde el coro, situado frente a la puerta de acceso, se accede a la parte superior, pudiendo comprobarse cómo la ermita está insertada en una cueva de mayores dimensiones. En esta fotografía se aprecia perfectamente la cúpula entre paredes de roca y el muro de ladrillo que cierra la abertura natural.



            En ese muro se abren tres vanos, uno de ellos utilizado para albergar una pequeña campana. Este último ilumina el interior de la ermita, pero los superiores sirven de ventilación a la zona de la cueva que no está ocupada por ella. 



            Entre el exorno del templo podemos destacar una imagen de San Benito y la predela o banco de un antiguo retablo, en el que está representados San Benito y San Bernardo. Según la explicación que se ofrece en un cartel, ambas piezas proceden del monasterio de Veruela, de donde fueron traídas tras la Desamortización.



            Es significativo el hecho de que, a ambos lados de esa predela, figure este escudo, con las armas de los Borja y Aragón, timbrado con corona ducal, por lo que podrían perteneces a Dª María Luisa de Borja y Aragón, IV duquesa de Villahermosa, tras su matrimonio con su primo D. Martín de Gurrea y Aragón.




            En dos hornacinas excavadas en la cabecera se encuentra una interesante imagen de la Virgen con el Niño y otra de la Virgen del Pilar. En el retablo mayor hay un gran lienzo con San Benito que la escasa luz nos impidió fotografiar.



            Tras cruzar por otras cuevas, nos dirigimos a la llamada cueva de Caco en referencia al mítico gigante que robó ganado a Hércules y que fue derrotado por éste, tras golpearle con una maza. Según la mitología, Caco habitaba en una cueva del Aventino, en Roma. Sin embargo, la leyenda fue reelaborada en Tarazona, ciudad que se atribuye el haber sido fundada por Hércules y, en cuya Casa Consistorial están representados unos gigantes que suelen ser identificados con Hércules, Pierres y este Caco, cuya vivienda se ubicaba en Los Fayos.




            La cueva puede visitarse ahora, merced a las obras de acondicionamiento realizadas con fondos de la Diputación Provincial de Zaragoza y del Plan de Competitividad Turístico del Moncayo, con una inversión superior a los 180.000 Euros.





            A través de una estructura metálica se accede a la parte superior de la cueva, recorriendo otros espacios comunicados en los que se conservan restos de silos y habitaciones que pudieron ser utilizados con fines defensivos.



            Desde allí pueden contemplarse unas hermosas perspectivas de la localidad y de su entorno. Las rocas contiguas han sido protegidas con redes metálicas para evitar desprendimientos y, en el interior de la cueva, hay tendida otra red más fina que sirve de resguardo frente a la acción de las aves y mamíferos que anidan en los huecos.

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