El
castillo de Grisel es un bello exponente de la Arquitectura Militar de esta
zona pero, también, el testimonio de lo que la tenacidad y el esfuerzo de una
persona pueden llegar a conseguir. Porque, durante mucho tiempo, el castillo
había pasado desapercibido e, incluso, no figuraba en los repertorios dedicados
a este tipo de construcciones. Fue D. Manuel Giménez Aperte quien se percató de
su importancia y, tras adquirirlo, fue restaurándolo pacientemente durante
muchos años, sin ningún tipo de ayuda, venciendo numerosas dificultades
técnicas y de otro tipo.
Hoy
es un establecimiento hostelero de reconocido prestigio, al que acuden personas
procedentes de diferentes países, deseosas de disfrutar de una estancia en un
edificio de estas características. Cuando estuvimos allí, hace pocos días,
entre los alojados había españoles, franceses y belgas.
Dispone
de una suite y seis habitaciones dobles y una suite, cada una de ellas con
características diferentes. A pesar de su reducida capacidad, se ha convertido
en un elemento de importancia para propiciar el turismo en esta zona de la
provincia de Zaragoza. A ello contribuye, sin duda, la labor de Luis Zueco que
es la persona que recibe a quienes acuden allí, ofreciendo una atención
personalizada y sugerencias para visitar el entorno, lógico complemento a esa
sensación de paz y tranquilidad que puede disfrutarse en el castillo.
Por
otra parte, la existencia de amplios espacios comunes y un gran patio de armas,
ofrece la posibilidad de convertirlo en adecuado lugar de reunión o de
escenario para determinado tipo de celebraciones. El castillo de Grisel ha sido
el primer eslabón de un proyecto más ambicioso, al que vendrá sumarse el
palacio de Bulbuente que, en estos momentos, está siendo sometido a las
necesarias obras de acondicionamiento para que pueda cumplir una misión
similar.
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