Junto
a la ermita de San Miguel de Talamantes se alzaba un gigantesco olmo que era un
auténtico “monumento natural” y uno de los símbolos de la localidad. El olmo
murió a consecuencia de la grafiosis, la enfermedad causada por un hongo que, a
partir de la década de los años 80 del pasado siglo, acabó con la mayor parte
de estos árboles.
Entre
las diapositivas que hemos digitalizado en los últimos días se encuentran algunas
imágenes de este olmo, aunque en ninguna de ellas se ve en toda su dimensión.
No obstante, hemos querido darlas a conocer como recuerdo a este elemento del
patrimonio talamantino, cuya ausencia se hace sentir, como se aprecia en esta
última fotografía.
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