sábado, 28 de enero de 2017

Santoral del 28 de enero


San Juan de Réome (siglo VI). Nacido en la diócesis de Langrés (Francia), profesó como religiosos en el monasterio de Lérins. El obispo de su diócesis le encargó la fundación de un nuevo monasterio en Réomé, de la que fue abad hasta su fallecimiento a edad muy avanzada que algunos autores indican que estaba próxima a los cien años y que acaeció a mediados del siglo VI. La abadía por él fundada se llamó posteriormente, en su honor de Moutier-Saint-Jean.



San Jacobo de Palestina (siglo VI). Originario de Palestina, se conocen muy pocos datos de su vida. Al parecer, se retiró a vivir como ermitaño en una cueva cercana a la actual ciudad de Haifa. Su vida ejemplar atrajo a muchas personas de los alrededores que iban a solicitar consejo. Sin embargo, a pesar de su ascetismo, en un momento determinado cedió a la tentación de la carne, llegando incluso al crimen. Profundamente arrepentido, se retira a vivir en el interior de la tumba, llevando a cabo las más rigurosas disciplinas, llegando a dudar en determinados momentos, de hacerse acreedor del perdón del Señor. Pasados muchos años, una sequía azota la región y sus habitantes van en su busca para que ruegue a Dios con el fin de conseguir la ansiada lluvia. Al conseguirlo, comprende que por grande que sean los pecados de una persona, la misericordia del Señor es infinita, por lo que puede morir en paz, cumplidos ya los 75 años.  



San Julián de Cuenca (siglo XII). Nacido en Burgos, en 1128, era hijo de mozárabes toledanos. Doctorado en la universidad de Palencia, fue profesor de la misma a temprana edad pero, a los 35 año, decidió abrazar la carrera eclesiástica, ejerciendo su labor pastoral, tras ser ordenado, en la región de Córdoba. Posteriormente, fue nombrado arcediano de la catedral de Toledo y, en 1198, consagrado obispo de Cuenca, siendo el segundo prelado que rigió esa sede, en la que falleció el 28 de enero de 1208, con 90 años de edad.     



Santo Tomás de Aquino (siglo XIII).  Nacido en 1225 en el castillo de Roccasecca, en el seno de una familia noble y cuyo padre estaba emparentado con el emperador Federico II, inició su formación en la abadía de Montecasino, de la que abad un tío suyo. Cursó después estudios en la universidad de Nápoles y, en 1244 ingresó en la Orden de Predicadores, a pesar de la oposición familiar. Percatados sus superiores de su excepcional capacidad intelectual, lo enviaron a la universidad de París, donde tuvo como maestro a San Alberto Magno, que lo llevó consigo a Colonia, completando su formación. Volvió a París en 1252, donde obtuvo el grado de Doctor en Teología a la temprana edad de 31, siendo nombrado maestro de la citada universidad. Posteriormente, ejerció la docencia en Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo, antes de regresar a París, llevando a cabo durante esos años su ingente labor de producción intelectual que hizo de él una de las principales figuras de la Teología y punto de arranque de una escuela que llevó el nombre de tomista. En su última etapa le encomendaron la fundación de un nuevo capítulo provincial en Nápoles, donde fue recibido con gran entusiasmo por el prestigio que gozaba. Murió el 7 de marzo de 1274 en el monasterio de Fossanova. Por eso, su fiesta se celebraba antes ese día, aunque posteriormente se cambió al 28 de enero que corresponde a la de traslación de sus restos mortales, en 1369, a Toulouse. Fue canonizado el dieciocho de julio de 1323 por Juan XXII. San Pío V, el once de abril de 1567, lo declaró Doctor de la Iglesia. León XIII lo proclamó patrón de todas las universidades y escuelas católicas, en 1880.



Beato Bartolomé Aiutamicristo (siglo XIII). Nacido en Pisa, en el seno de una familia noble, decidió renunciar a todo, ingresando como hermano lego en el monasterio camaldulense de San Frediano, donde destacó por su humildad y una vida dedicada a la oración, hasta su fallecimiento el 28 de enero de 1124. Venerado desde los primeros momentos y con numerosos milagros atribuidos, su culto fue confirmado por Pío IX en 1857. 



Beato Julián Maunoir (siglo XVII). Nacido en Saint-Georges-de-Reintembault (Francia), el 1 de octubre de 1606, se educó en Rennes en el colegio que los jesuitas tenían en esa ciudad. Atraído por su ejemplo, ingresó en el noviciado de Saint Germain de París, donde emitió sus votos en 1627. Tras completar su formación fue ordenado sacerdote en 1640. Desarrolló su labor pastoral, predicando misiones en diferentes regiones de Francia, utilizando singulares recursos didácticos. Nada menos que 439, a lo largo de 43 años de actividad pastoral, en uno de los cuales logró más de 3.000 conversiones y numerosas curaciones de enfermos. A pesar de su incansable actividad, falleció el 28 de enero de 1683, cuando preparaba una nueva misión. Fue beatificado por el Papa Pío XII en 1951, siendo proclamado patrón de la Bretaña, a cuya evangelización consagró buena parte de su vida.



Santos Ágata Lin Zhao, Jerónimo Lu Tingmei y Lorenzo Wang Bing (siglo XIX). Jerónimo Lu Tingmei nacidó, en 1810, en la ciudad de Mao-Keou (China). Maestro de profesión, se convirtió al Cristianismo, leyendo de manera accidental un libro. Buscó un misionero que bautizara a toda su familia y ejerció como activo catequista en toda la región. Lorenzo Wang Bing, había nacido en Kouy-Yang, en 1811, en el seno de una familia que ya era cristiana y también trabajaba como catequista. Ágata Lin Zhao había nacido en 1817 en Ma-Trang, también en una familia cristiana que había dado testimonio de su Fe, pues el padre estaba detenido en aquellos momentos. Habiendo renunciado al matrimonio para consagrarse al Señor, el obispo de la diócesis, le encargó de la catequesis de las niñas en Mao-Keou y, estaba acogida en la casa de Lorenzo Wang, donde todos ellos fueron detenidos, a raíz de haber iniciado la construcción de una iglesia en la ciudad. Denunciados por los parientes de Jerónimo Lou, el mandarín responsable de la ciudad, les intimó a renunciar a la fe cristiana y, al haberse negado, fueron decapitados el 28 de enero de 1858. Beatificado en 1909, por San Pío X, el Papa San Juan Pablo II los canonizó, en el año 2000, dentro del conjunto de todos los mártires chinos.



San José Freinademetz (siglo XIX). Nacido el 15 de abril de 1852 en Oies (Italia), cursó los estudios eclesiásticos en el seminario de Bresanone, siendo ordenado sacerdote en 1875. Ejerció como párroco rural, pero impulsado por una fuerte vocación misionera, ingresó en la Congregación del Verbo Divino y marchó a la casa que tenía en Steyl para la formación de misioneros, desde donde, el 2 de marzo de 1879, partió para China. Tras arribar a Hong Kong permaneció esa ciudad, durante dos años, preparándose para su trabajo en la provincia de Shantung del Sur que le había sido asignada. Allí desarrolló una ingente labor, en colaboración con los catequistas a los que formó, para lo que escribió un manual de catequesis en chino. En 1898, cayó gravemente enfermo y el obispo lo envió a Japón para recuperarse. Retornó algo recuperado, pero el 28 de enero de 1908, falleció a consecuencia de una epidemia de “tifus”. Beatificado por el Beato Pablo VI en 1975, fue canonizado por San Juan Pablo II en 2003.



Beato Moisés Tovini (siglo XX). Nacido el 27 de diciembre de 1877 en Cividate Camuno (Italia), tras cursar los estudios eclesiásticos en el seminario de Brescia, fue ordenado sacerdote en 1900. Completó su formación en Roma, donde logró doctorarse en Matemáticas y Filosofía, así como la licenciatura en Teología. Al regresar a Brescia, en 1904, fue uno de los primeros tres sacerdotes  que pidieron ingresar en la Congregación de Oblatos de la  Sagrada Familia, integrada por sacerdotes diocesanos, a disposición del obispo. Fue profesor del seminario y rector del mismo durante muchos años.  Pero su acción pastoral se proyectó a los más diversos ámbitos de la ciudad y la diócesis, siendo especialmente reconocido por su preparación científica y por su labor apostólica, especialmente orientada a la formación de los jóvenes. Falleció el 28 de enero de 1930, siendo beatificado el 17 de septiembre de 2006.



Beata María Luisa Montesinos Orduña (siglo XX). Nacida en Valencia el 3 de marzo de 1901, con una sólida formación religiosa, colaboró en diversas actividades apostólicas, a través de la Acción Católica a la que pertenecía. Durante la guerra civil fue detenida juntos con su padre, una hermana, dos hermanos y una tía, siendo todos fusilados en Picassent, el 28 de enero de 1937. Fue beatificada por San Juan Pablo II en 2001. 



Beata Olimpia Bidà (siglo XX). Nacida en 1903 en Tsebliv (Ucrania), profesó como religiosa en  la Congregación de las Hermanas de San José, siendo destinada a la localidad de Zhuzhil. Durante la persecución desencadenada por Stalin fue detenida con una compañera, en 1950, siendo condenada bajo la acusación de actividades antisoviéticas. Enviada al campo de concentración de Kharsk en Siberia, falleció a consecuencia del hambre y las privaciones el 28 de enero de 1952, a la edad de 49 años. Fue beatificada por San Juan Pablo II, en 2001, junto con otros 23 mártires ucranianos. 

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