sábado, 5 de octubre de 2024

Libros recibidos 794

 

         Continuando reseñando las obras que componían el último envío de la Institución Fernando el Católico y, entre ellas, se encuentra El comandante es un rojo, las memorias del Francesco Fausto Nitti, un combatiente italiano en el bando republicano (hubo muchos más italianos en el otro bando), que ha sido publicada con el número 25 de la “Serie Verde”.

         La traducción ha corrido a cargo de Javier Brox Rodríguez, autor también del extenso prólogo y de las notas aclaratorias que ha introducido en el texto. Por su parte, el autor, nacido en 1899, en el seno de una familia de tradición liberal, había combatido en la I Guerra Mundial. En 1936, se encontraba en París, a donde había huido, desde su país natal, a consecuencia de su oposición a Mussolini. Desde la capital francesa vino a España y, al finalizar la guerra civil, siguió formando parte de los maquis, hasta que, al término de la segunda contienda mundial, regresó a Italia, donde escribió varias obras, entre ellas la que comentamos que es un libro de carácter autobiográfico, aunque no exento de un matiz de recreación literaria.

 

         En la serie “Historia global” ha sido publicada la obra El tarantismo mediterráneo. Una cartografía cultural, del investigador italiano Vincenzo Santoro, con traducción de Manuela Adamo (la esposa de Miguel Ángel Berna), autora también del prólogo e investigadora del fenómeno del tarantismo en tierras aragonesas.

         Como es sabido, la picadura de la tarántula, hizo surgir un tratamiento basado en la música, dando origen a un tipo de composiciones, las tarantelas, al compás de las cuales bailaban los afectados por las picaduras que, al parecer, curaban tras varios días de someterse a tan curioso ritual.

         Extendido por toda Italia, llegó también a España y, en concreto, a Aragón donde se han documentado varios casos (algunos relativamente recientes) de “atarantados”, aunque en estos casos lo eran por picadura de escorpión. En diversos repertorios musicales hay ejemplos de tarantelas, pero también era frecuente bailar al son de una jota que, contra más rápida y vibrante fuera, mayor efecto curativo tenía en los enfermos.


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