jueves, 17 de octubre de 2024

Libros recibidos 799

 

         La casi inagotable colección de obras donadas por el Dr. Aguilera Aragón, a la que hace tiempo no hemos hecho referencia, incluye catálogos de difícil consecución, como el de la exposición Los artistas y Olivetti que tuvo lugar en el desaparecido Museo Español de Arte Contemporáneo, en 1976.

         Prologado por el director de ese museo Carlos Areán, refleja con imágenes a todo color, las obras que la firma italiana Olivetti presento allí. Todas ellas pertenecían a la colección Gianni Mattioli, entre las que figuraban importantes artistas de todos los países de habla española, así como de la nueva vanguardia italiana.

         Renzo Zorzi, Director de Relaciones Culturales, Diseño Industrial y Publicidad de la Sociedad Olivetti escribe también una introducción, explicando el empeño de su empresa en establecer una relación entre Arte e Industria.


         También son interesantes los catálogos de determinadas Salas de Arte o Subastas, entre los que destaca el que la prestigiosa galería Caylus de Madrid publicó en 1992, con el título El gusto español. Antiguos maestros, como contribución a las conmemoraciones del V Centenario.

         Interesantes las obras reproducidas, así como sus fichas catalográficas, con detalles precisos sobre su procedencia. Entre ellas había un autorretrato de Goya, realizado al parecer en 1795, para ser regalado a la duquesa de Alba, de cuya colección pasó a D. Tomás de Berganza y sucesores.

 

         Muy diferente es este catálogo de la subasta realiza por Christie’s en Londrés, en 1992, bajo el lema Spanish Art, en el que muchas de las piezas procedían del galeón Nuestra Señora de las Maravillas que formaba parte de la flota que zarpó del puerto de Cartagena de Indias y se hundió a 70 kilómetros de la costa de las Bahamas, al encallar en un arrecife tras colisionar con otro de los buques de la flota. Transportaba unos 5 millones de pesos y otras mercancías, así como alrededor de 650 personas, de las que sólo se salvaron 45.

         El pecio, tras su descubrimiento, fue saqueado por varios buscatesoros. Uno de ellos fue Herbert Humfreys, quien, con permiso de las autoridades de Bahamas, buceó en la zona desde 1988 y hasta principios de los años 90. Fueron sus hallazgos los que vendió, a través de Christie’s, en la citada subasta.


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