sábado, 17 de junio de 2017

Cuando la defensa de la Naturaleza contribuye a degradarla



         Añón es una localidad que goza de un emplazamiento privilegiado, en el marco de un entorno natural de gran belleza. Uno de los elementos más característicos de la zona son las llamadas “Cuevas del Rey”, en las que nace una parte del caudal que forma el río Huecha. Hasta hace poco, su estado era el que aparece en estas imágenes.






         Sin embargo, en una reciente visita pudimos constatar que han sido cerradas con esta horrible alambrada y, junto a ellas, se ha levantado una construcción, en cuyas paredes aparecían ya unas pintadas borradas. Nos sorprendió tanto que preguntamos cómo era posible que se hubiera perpetrado lo que creímos era un “atentado” en un lugar tan hermoso.



         La sorpresa fue aún mayor cuando nos comentaron que el cercado era para “proteger” a una colonia de murciélagos que reside en el interior de las cuevas y que la “nave” estaba destinada a albergar un “Centro de Interpretación sobre los murciélagos”. El Centro no se terminó y la fea alambrada no es un obstáculo demasiado importante para que las personas accedan a las cuevas por la parte posterior, como pudimos documentar. Proteger a determinadas especies animales es un empeño razonable, pero hacerlo mediante una agresión tan brutal a su entorno no parece lógico. Quede constancia de ello, aunque estamos seguros de que habrá personas que no compartirán nuestra opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario