El 13 de junio de 1609
profesó como lego agustino en el convento de Zaragoza fray Domingo Esteve y Cuartero, natural de Fuendejalón. Dedicado
toda su vida al cultivo de la huerta, destacó por su entrega al trabajo
conventual y por su extremada piedad. Supo compaginar su modestia con ciertas
preocupaciones intelectuales y a su muerte, acaecida en 1643, dejó un libro de
oraciones que había escrito y otro en el que relataba los sucesos más
importantes de su orden, con biografías de los religiosos que había conocido.
El 13 de junio de 1661
nació en Fraga fray Manuel de Mimbela y
Morláns que profesó como franciscano en el convento de Borja, donde estudió
Artes y desempeñó diversos cometidos, entre ellos el de Maestro de Estudios.
Fue enviado a México, donde el 26 de febrero de 1714 fue nombrado Obispo de
Guadalajara, diócesis en la que realizó una gran labor pastoral, terminando las
obras de su catedral (restaurada en el siglo XIX tras un terremoto). El cariño
que siempre dispensó al convento borjano se puso de manifiesto a través de la
donación de un frontal de plata. Asimismo ordenó labrar una custodia de oro,
enriquecida con piedras preciosas para que fuera sorteada entre la parroquia
donde había sido bautizado y el convento en el que se había formado,
favoreciendo la suerte a nuestro convento de San Francisco, de manera que pudo
disponer de dos magníficas piezas. El frontal fue vendido indebidamente en 1741
y la custodia pasó a poder del Estado, tras la Desamortización. Fray Manuel
murió en Guadalajara el 4 de mayo de 1721, siendo enterrado en la catedral que
había consagrado.
El 13 de junio de 1808
fue asesinado en Gallur Javier Estela,
un modesto personaje que había nacido en esa localidad en 1753. Su trágica
muerte se produjo cuando las tropas francesas irrumpieron en la villa, tras el
combate de Tudela, dirigiéndose a la iglesia parroquial para saquearla.
Forzaron la puerta del sagrario con el propósito de apoderarse de los vasos
sagrados que hubiera en su interior. Javier Estela, que era viudo de Manuela
Bona, les hizo frente con enorme valor, muriendo a los pies de la imagen de San
Pedro y con las Sagradas Formas desparramadas en torno suyo por la soldadesca
que se había apoderado del copón. La imagen del templo que ofrecemos es fruto
de la reforma llevada a cabo, con posterioridad a la Guerra de la
Independencia.
El 13 de junio de 1845
nació en Borja D. Antonio Pasamar
Sangüesa que inició su formación musical como “infante” de la Capilla de
Música de la colegiata de Santa María. Tras una breve etapa como seminarista en
Tarazona, marchó a Madrid donde fue alumno del maestro Eslava, aunque por las
dificultades económicas por las que atravesó decidió ingresar como músico en el
Regimiento de Ingenieros de la capital de España, gracias a lo cual pudo
terminar su carrera y obtener el título de Profesor de Música. Se dedicó a la
docencia privado y compuso diversas obas, aunque su trayectoria no siguió el
curso ascendente que cabía esperar, debido a su carácter taciturno y a las
adversidades que rodearon su vida, hasta el punto de tener que recurrir al
auxilio de instituciones benéficas en sus últimos años. Falleció el 9 de marzo
de 1924 y en Borja se le recuerda, entre otras razones, por ser el autor del
Himno del Primer Centenario de la Virgen de la Peana, con letra de Constantino
Gil.
El 13
de junio de 1860 nació en Torres de Berrellén el general D. Antonio Mayandía
Gómez. Militar de gran prestigio, perteneciente al Arma de Ingenieros,
desempeñó diversas comisiones por Europa, tanto militares como civiles, pues en
1900 se desplazó a varios países para conocer los sistemas de producción de
cerveza, con el fin de asesorar a la nueva empresa aragonesa “La Zaragozana”.
Estuvo como observador en la I Guerra Mundial y participó en la Guerra de
Marruecos, siendo ascendido a General de Brigada en 1922.
Tras
el pronunciamiento del general Primo de Rivera pasó a formar parte del
Directorio Militar y, más tarde, se hizo cargo de la cartera de Fomento. Estaba
vinculado con Borja, donde su hermana se había casado con D. Miguel Gracia
Clavería y era considerado “casi como borjano”. Visitó nuestra ciudad en 1927 y
de su estancia de varios días entre nosotros se hicieron eco los medios de
comunicación, apareciendo el semanario local La Comarca una entrevista que concedió.
Su apoyo
fue decisivo para lograr diversas mejoras, entre ellas la pavimentación con
pavés de la travesía de la actual carretera N-122, firme que se mantuvo hasta
la segunda mitad del siglo XX. Lo que no pudo conseguir fue que Santa María
volviera a ser colegiata, a pesar del empeño que puso. No obstante, su recuerdo
se conserva en ella, a través de la imagen de la Virgen del Pilar que regaló
para la capilla del claustro. Intervino también en la construcción del puente
de Gallur, por lo que el Ayuntamiento de esa localidad le dedicó una calle, honor
que vino a sumarse a los que le dispensaron muchas localidades aragonesas.
Falleció en Madrid el 17 de agosto de 1935.
El 13 de junio de 190
nació en Mallén D. Antonio Robres Agoiz.
Tras cursar los primeros estudios, se inició en el oficio de guarnicionero que
ejercía su padre, mientras estudiaba Solfeo y comenzaba a tocar el clarinete,
bajo la tutela del ilustre músico D. Isidoro Palacios. En 1921, marchó a Madrid
para realizar el Servicio Militar, siendo destinado a la Banda de Música de su
regimiento. Esta experiencia abrió nuevos horizontes en su vida y le impulsó a
ingresar en el Cuerpo de Músicas Militares, siendo destinado a la plaza de
Huesca. De allí pasó a Alicante, donde le sorprendió la Guerra Civil. Al
finalizar el conflicto, logró plaza de instrumentista de requinto en la
Academia General Militar y, en 1943, fue destinado como Director de la Banda
del Regimiento de “Órdenes Militares”, de guarnición en Plasencia. Volvió a la
Academia General Militar en 1947 y, desde entonces, se integró plenamente en la
vida cultural de la capital aragonesa. Miembro de la Peña Niké, se dio a
conocer como pintor, logrando algunos premios en diversos certámenes. Tras su
retiro, colaboró en algunas actividades apostólicas, siendo encargado de la
administración de Stadium Casablanca en la etapa fundacional. Falleció el 6 de
junio de 1960. Su nieto, Fernando Garrido Robres, es un prestigioso artista
contemporáneo.
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