miércoles, 7 de agosto de 2024

Recordando las obras de un abad borjano de Veruela

 

El 7 de agosto de 1664, fue reelegido abad de Veruela para un segundo cuatrienio fray Bernardo López, que había nacido en Borja en 1598. Profesó como monje cisterciense en el Real Monasterio de Veruela, siendo enviado a estudiar Teología al colegio que la orden tendía en Huesca.

Dotado de gran prestigio, desempeñó diversos cargos en Veruela, hasta que en 1648 se convirtió en el quincuagésimo noveno (59º) abad del monasterio, sucediendo a fray Jerónimo Amad y a fray Nicolás Mañas de Aybar que también fueron naturales de Borja. Durante su segundo mandato terminó las obras de construcción de la gran escalera monumental del monasterio, decorada con la cúpula cuya imagen reproducimos y que muchos no conocen, ni se puede visitar ahora, debido a haber quedado incluido dentro del recinto destinado a ese Parador Nacional que no sabemos cuándo será inaugurado.

 

También edificó la “nueva sacristía” que es la que actualmente se conserva y a la que se accede, desde el templo, por la portada barroca que llama la atención dentro de la severidad del resto de la iglesia.

 



         Sorprende la decoración del techo de ese espacio, especialmente tras su restauración. Conviene recordar que, antes de la reforma impulsada por este abad borjano, la sacristía estuvo decorado con estucos realizados por el mismo artista veneciano que realizó el frontal de la colegiata de Santa María de Borja y la decoración de la capilla de San Andrés de la catedral de Tarazona.


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