Dentro de la colección “Actas”, la Institución “Fernando el Católico” ha publicado la obra Una escuela de escultura románica en Aragón, de la que es autor el doctor en Historia del Arte D. José Luis García Lloret.
El libro de 518
páginas intenta recuperar del olvido a tres importantes maestros canteros,
activos en los reinos medievales de Castilla, Navarra y Aragón, hace más de 800
años, que dejaron abundantes testimonios de su quehacer.
Uno de ellos es
el conocido como “Segundo maestro de Silos”; el segundo es el llamado “maestro
de San Juan de la Peña”, que el autor identifica con el maestro Guillermo de Boclón,
documentado en Huesca, entre 1168 y 1195; mientras que el tercero, el “maestro
principal de los focos de Tudela y Zaragoza” sugiere que se trate del maestro
Giraldo, documentado en la Seo zaragozana entre 1192 y 1198.
Tras una declaración
de principios en torno a maestros, talleres y escuelas de escultura románica,
la obra se estructura en los siguientes apartados:
“El segundo
maestro de Silos y la creación de una escuela escultórica: los focos de
Estella, Silos y Soria”; “La primera difusión del arte regio de Soria en Aragón
y en Castilla: los focos de Ejea, Almazán, Beleña, Ayllón y Fuentidueña”; “El
maestro de San Juan de la Peña y la influencia del arte regio soriano-silense
en Aragón”; “La difusión del arte soriano-silense en Navarra: el foco de Tudela”;
y “La segunda difusión del arte soriano-silense en Argón: el foco de Zaragoza y
la iglesia de San Miguel de Biota”.
En la
misma colección ha aparecido la obra Culto a los maestros e identidad nacional:
Goya como referente para la cultura visual española (1868-1928), de la que
es autor el doctor en Historia del Arte D. Guillermo Juberías Gracia, que cursó
sus estudios en la Universidad de Zaragoza, donde obtuvo las más altas
calificaciones académicas, así como el Premio Nacional Fin de Carrera.
El libro
analiza, en sus 456 páginas, la reivindicación de la vida y la obra de Francisco
de Goya desde una perspectiva patriótica, en el período comprendido desde la
revolución de la Gloriosa (1868) hasta el centenario de su muerte en 1928.
Para ello se compara
su fortuna con la de otros maestros de la tradición española como Murillo y
Velázquez, así como El Greco, cuya reivindicación en España fue más tardía.
Se aborda
además la construcción de la figura de Goya como un icono popular, su
institucionalización mediante la creación de salas dedicadas a su obra en los
museos españoles y la recepción de su obra gráfica, prestando especial atención
a lo ocurrido en Aragón.
Asimismo, se analiza
cómo lo goyesco fue una moda que dejó una huella profunda en la pintura de género,
en la indumentaria, en la decoración de interiores y en facetas del ocio burgués,
como los cuadros vivos o las corridas goyescas.


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