jueves, 11 de septiembre de 2025

Libros recibidos 895

         La Institución “Fernando el Católico” ha publicado en su colección “de Letras” El libro de Ajitov y Salmón, de la que es autor Mattatías ben Moisés, que posiblemente fue rabino de la judería de Zaragoza.

         La edición, estudio y traducción de esta obra, a partir de su versión original, ha sido llevada a cabo por el Dr. D. Carlos del Valle Rodríguez, que se doctoró en Filología Semítica en las universidades de Munich y Complutense, habiendo sido profesor de hebreo en esta última.

         Autor de numerosos libros, entre los que destaca la traducción de la Misná, la obra más importante del judaísmo rabínico, ha trabajado incansablemente para divulgar el patrimonio cultural, literario, científico y religioso de los judíos en España, habiendo sido nombrado miembro honorífico de la Academia de la Lengua Hebrea de Israel.

         La obra que nos ocupa, a través de una estructura novelada, es en realidad un tratado de polémica religiosa. Su argumento tiene como protagonista a la reina de un país “lejano”, que se siente sumamente preocupada por las diferentes creencias religiosas que profesan sus súbditos.

         Decide entonces comisionar a tres destacados personajes para que recorran el mundo, estudiando los credos religiosos que se profesan en los diferentes países. Siete años después regresan con su misión cumplida, pero, ante su sorpresa, cada uno de ellos se ha convertido a una religión diferente. Uno al Islam, otro al Cristianismo y el tercero al Judaísmo.

         Todos creen haber encontrado la religión verdadera, siendo especialmente virulento el enfrentamiento entre Eker, el cristiano, y Ajitov, el judío. Para zanjar la cuestión, la reina designa a un árbitro que dirima la controversia. El dictamen final da la razón al judío y la reina, con todo su reino, decide convertirse al Judaísmo.

         La controversia religiosa que, en definitiva, expresa los sentimientos del autor, un rabino, se centra en cuestiones como la Trinidad, la Encarnación, la figura de Jesús, el culto a los Santos y a la supuesta maldición que los cristianos realizan contra los judíos en sus ceremonias.

         Otros aspectos interesantes hacen referencia a la imposibilidad de que la reina, convertida al Judaísmo, ofrezca los antiguos sacrificios, dado que sólo era posible realizarlos en el desaparecido templo de Jerusalén. También justifica la usura entre los judíos, uno de los reproches que habitualmente se les hacían.

         En definitiva, lo que el autor pretende es justificar la supremacía de su religión sobre las otras dos monoteístas, con las que convivía en la capital aragonesa.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario