Las Ferias de Septiembre de Borja fueron famosas por el ferial de ganado que se instalaba en la plaza de San Francisco y calles adyacentes, al que acudían numerosas personas y se realizaban importantes transacciones.
En las fotos
que se conservan de aquella época pueden verse a personas vistiendo el antiguo
atuendo. Pero, no todo era el ferial de ganado, ya que en las diferentes plazas
de la ciudad se ofrecían los más variados productos. Esta una foto de la plaza
de Santo Domingo con una gran cantidad de pilas de melones. Aunque suele ser etiquetada
como correspondiente a la feria, es posible que sea de fecha anteriores, dado
que no parece razonable que, a finales de septiembre, hubiera tantos melones
por vender. No podemos resistirnos a volver a referir la anécdota protagonizada
por aquel culto y ocurrente sacerdote borjano, D. Pablo Pérez Montorio, quien
acompañaba a un amigo llegado de fuera quien, al ver tanta cantidad de melones,
comentó admirado “¡Cuántos melones hay en Borja!” a lo que D. Pablo respondió raudo:
“Sí, pero todos son forasteros”.
El ferial pasó
a la historia, pero cada año se lo recuerda con una exhibición realizada en el
mismo lugar, en la que se muestran todo tipo de cuadrúpedos: caballos, mulos y
burros, traídos expresamente para este fin.
Cuando lo visitamos
ayer, a las once de la mañana, no eran muchas las personas presentes, aunque la
mañana no acompañaba, pues habían bajado bastante las temperaturas.
Vimos algunos
équidos con sus monturas, preparados para los paseos que, cada año, se ofrecen
para los más pequeños y, en la plaza de las Canales, pudimos fotografiar a un
jinete montado en brioso corcel.








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