El 14 de diciembre de 1733 nació en Borja D. Eugenio Martín Navarro de Eguí y Olóriz. Era el menor de los hijos de D. Miguel Navarro de Egui San Gil que, en 1720, había contraído matrimonio con Dª. María Atanasia de Olóriz, nacido en Longares, aunque de padre borjano. A los 8 años ingresó como Caballero de Honor y Devoción en la S.O.M. de Malta. En 1745 con 12 años de edad, entró como Cadete en el Real Cuerpo de Guardias Española, iniciando una brillante carrera militar en la que alcanzó el empleo de Mariscal de Campo.
Entre los numerosos
hechos de armas en los que se encontró destacan los sitios de Almeida y
Gibraltar. En la guerra contra la Convención, ya con el empleo de Coronel,
estuvo al mando de la columna de Guardias Españolas que tomó el castillo de los
Barrios, junto a Arlés. Ascendido a Brigadier, fue nombrado jefe de la columna
de Granaderos Provinciales y, posteriormente, asumió el mando de las plazas de
Belle Garde, Argelés y el puesto avanzado de Montesquieu. Fue herido de
gravedad al intentar tomar, a la bayoneta, el puesto de Puig de la Calma.
Restablecido de sus heridas, participó en el asalto a campamento de Bolo.
Cuando se firmó la paz,
se retiró del Ejército estableciendo su residencia en Borja, donde se
encontraba al inicio de la Guerra de la Independencia. Le propusieron asumir el
mando de Zaragoza, a lo que renunció, pues tenía ya 75 años. A su actuación
durante el saqueo de nuestra ciudad hicimos referencia en las efemérides del 25
de noviembre. Fue muy querido en Borja, dado su carácter bondadoso y su
disposición a prestar ayuda a todos los que la necesitaban.
Una de sus iniciativas
fue la de hacer acopio de cáñamo y esparto, para que todas las personas paradas
pudieran hacer cuerdas, felpudos y alpargatas en la carrera de Capuchinos.
Viendo que los sirvientes del hospital tenían que acarrear el agua desde el
Campo del Toro, decidió construir a sus expensas la fuente que aún existe en la
plaza de Ntra. Sra. de la Peana y también la del Barrio, lo que le ocasionó
gastos importantes, dado que hubo que excavar una profunda zanja en terrenos
muy duros.
Permaneció soltero toda
su vida. Parco en la comida y modesto en el vestir, nunca tuvo trato con una
mujer ni permitió que entraran en sus aposentos. Vivió como un asceta hasta su
fallecimiento en 1810, legando 1.000 pesos al hospital Sancti Spiritus. Fray
José de la Huerta afirmó que murió como “un filósofo cristiano”, aunque con la
pena de no ver fuera de su tierra a los enemigos de la Patria.
El 14 de diciembre de 1827
nació en Cintruénigo D. Nicasio
Navascués y Aysa, cuya familia estaba estrechamente relacionada con nuestra
comarca. Su madre, Dª. Francisca Ferrández y Fernández de Heredia era de Borja
y hermana de D. Atilano Ferrández, el que mandó construir el palacio de la
plaza del Mercado. Casó en Cintruénigo con D. Tomás de Navascués y allí nació
D. Nicasio.
Doctor en Derecho, fue
Promotor Fiscal de la Audiencia de Zaragoza, Alcalde Mayor del distrito de la
Catedral, en La Habana y Teniente Fiscal de su Audiencia. Elegido diputado por
la circunscripción de Borja, en 1876, fue el último diputado de este distrito
ya que, a partir de las siguientes elecciones, pasó a integrarse con el de
Zaragoza, siendo denominado “Distrito electoral de Zaragoza-Borja”.
Contrajo matrimonio con
Dª. Cayetana de la Sota y Fernández de Navarrete y fue el abuelo de D. José
María Otero Navascués, en poder de cuyos descendientes se mantiene el palacio
borjano. Falleció en Zaragoza el 17 de enero de 1885 y sus restos fueron
inhumados en la capilla de Ntra. Sra. de las Angustias (o de los Dolores) en la
colegiata de Borja que había pasado a ser propiedad de la familia.
El 14 de diciembre de 1870
nació en Ainzón D. Antonio Sola Huertas.
Era hijo de D. Benito Sola y Vidal que ejercía como médico en esa localidad. Cursó
los estudios de Medicina en la universidad de Zaragoza y, en 1895, ingresó en
el Cuerpo de Sanidad Militar, al que también había pertenecido su padre. Como
Médico 2º fue enviado a Cuba, donde estuvo destinado en un regimiento de
caballería, en el castillo del Príncipe, y el Batallón Expedicionario de
Baleares nº 41. Su actuación fue muy destacada, haciéndose acreedor a una Cruz
de 1ª clase al Mérito Militar (1897), dos cruces de 1ª clase al Mérito Militar,
con distintivo rojo (la primera de ellas pensionada, en 1897 y 1898, la Cruz de
1ª clase de María Cristina (1898) y una significación para la concesión de la
Cruz de Isabel la Católica (1898).
Al término de la
contienda fue repatriado y estuvo destinado en la Comandancia y Parque de
Artillería de Madrid, con el empleo de Médico 1º. Otros destinos que desempeñó
fueron el 2º Batallón del Regimiento de Infantería de San Fernando nº 11, el
Primer Batallón del Regimiento del Rey nº 1, el Regimiento de Infantería de La
Orotava nº 65 y el Regimiento de Infantería de Guipuzoca. En julio de 1909 pasó
destinado al Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, donde ascendió a Médico
Mayor en 1911. Allí permaneció hasta que, en enero de 1919, fue promovido al
empleo de Teniente Coronel Médico, siendo destinado al hospital de Tenerife en
el que se retiró en febrero de 1912, con el mismo empleo.
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