sábado, 14 de diciembre de 2024

Nacidos un 14 de diciembre

 

El 14 de diciembre de 1733 nació en Borja D. Eugenio Martín Navarro de Eguí y Olóriz. Era el menor de los hijos de D. Miguel Navarro de Egui San Gil que, en 1720, había contraído matrimonio con Dª. María Atanasia de Olóriz, nacido en Longares, aunque de padre borjano. A los 8 años ingresó como Caballero de Honor y Devoción en la S.O.M. de Malta. En 1745 con 12 años de edad, entró como Cadete en el Real Cuerpo de Guardias Española, iniciando una brillante carrera militar en la que alcanzó el empleo de Mariscal de Campo.

Entre los numerosos hechos de armas en los que se encontró destacan los sitios de Almeida y Gibraltar. En la guerra contra la Convención, ya con el empleo de Coronel, estuvo al mando de la columna de Guardias Españolas que tomó el castillo de los Barrios, junto a Arlés. Ascendido a Brigadier, fue nombrado jefe de la columna de Granaderos Provinciales y, posteriormente, asumió el mando de las plazas de Belle Garde, Argelés y el puesto avanzado de Montesquieu. Fue herido de gravedad al intentar tomar, a la bayoneta, el puesto de Puig de la Calma. Restablecido de sus heridas, participó en el asalto a campamento de Bolo.

Cuando se firmó la paz, se retiró del Ejército estableciendo su residencia en Borja, donde se encontraba al inicio de la Guerra de la Independencia. Le propusieron asumir el mando de Zaragoza, a lo que renunció, pues tenía ya 75 años. A su actuación durante el saqueo de nuestra ciudad hicimos referencia en las efemérides del 25 de noviembre. Fue muy querido en Borja, dado su carácter bondadoso y su disposición a prestar ayuda a todos los que la necesitaban.

Una de sus iniciativas fue la de hacer acopio de cáñamo y esparto, para que todas las personas paradas pudieran hacer cuerdas, felpudos y alpargatas en la carrera de Capuchinos. Viendo que los sirvientes del hospital tenían que acarrear el agua desde el Campo del Toro, decidió construir a sus expensas la fuente que aún existe en la plaza de Ntra. Sra. de la Peana y también la del Barrio, lo que le ocasionó gastos importantes, dado que hubo que excavar una profunda zanja en terrenos muy duros.

Permaneció soltero toda su vida. Parco en la comida y modesto en el vestir, nunca tuvo trato con una mujer ni permitió que entraran en sus aposentos. Vivió como un asceta hasta su fallecimiento en 1810, legando 1.000 pesos al hospital Sancti Spiritus. Fray José de la Huerta afirmó que murió como “un filósofo cristiano”, aunque con la pena de no ver fuera de su tierra a los enemigos de la Patria.

 

El 14 de diciembre de 1827 nació en Cintruénigo D. Nicasio Navascués y Aysa, cuya familia estaba estrechamente relacionada con nuestra comarca. Su madre, Dª. Francisca Ferrández y Fernández de Heredia era de Borja y hermana de D. Atilano Ferrández, el que mandó construir el palacio de la plaza del Mercado. Casó en Cintruénigo con D. Tomás de Navascués y allí nació D. Nicasio.

Doctor en Derecho, fue Promotor Fiscal de la Audiencia de Zaragoza, Alcalde Mayor del distrito de la Catedral, en La Habana y Teniente Fiscal de su Audiencia. Elegido diputado por la circunscripción de Borja, en 1876, fue el último diputado de este distrito ya que, a partir de las siguientes elecciones, pasó a integrarse con el de Zaragoza, siendo denominado “Distrito electoral de Zaragoza-Borja”.

Contrajo matrimonio con Dª. Cayetana de la Sota y Fernández de Navarrete y fue el abuelo de D. José María Otero Navascués, en poder de cuyos descendientes se mantiene el palacio borjano. Falleció en Zaragoza el 17 de enero de 1885 y sus restos fueron inhumados en la capilla de Ntra. Sra. de las Angustias (o de los Dolores) en la colegiata de Borja que había pasado a ser propiedad de la familia.

 

El 14 de diciembre de 1870 nació en Ainzón D. Antonio Sola Huertas. Era hijo de D. Benito Sola y Vidal que ejercía como médico en esa localidad. Cursó los estudios de Medicina en la universidad de Zaragoza y, en 1895, ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar, al que también había pertenecido su padre. Como Médico 2º fue enviado a Cuba, donde estuvo destinado en un regimiento de caballería, en el castillo del Príncipe, y el Batallón Expedicionario de Baleares nº 41. Su actuación fue muy destacada, haciéndose acreedor a una Cruz de 1ª clase al Mérito Militar (1897), dos cruces de 1ª clase al Mérito Militar, con distintivo rojo (la primera de ellas pensionada, en 1897 y 1898, la Cruz de 1ª clase de María Cristina (1898) y una significación para la concesión de la Cruz de Isabel la Católica (1898).

Al término de la contienda fue repatriado y estuvo destinado en la Comandancia y Parque de Artillería de Madrid, con el empleo de Médico 1º. Otros destinos que desempeñó fueron el 2º Batallón del Regimiento de Infantería de San Fernando nº 11, el Primer Batallón del Regimiento del Rey nº 1, el Regimiento de Infantería de La Orotava nº 65 y el Regimiento de Infantería de Guipuzoca. En julio de 1909 pasó destinado al Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro, donde ascendió a Médico Mayor en 1911. Allí permaneció hasta que, en enero de 1919, fue promovido al empleo de Teniente Coronel Médico, siendo destinado al hospital de Tenerife en el que se retiró en febrero de 1912, con el mismo empleo.


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