La fecha del 25 de diciembre reviste especial dramatismo en nuestra zona dado que en ese día fueron asesinados tres religiosos de nuestra comarca. Uno de ellos fue el P. Domingo Cabrejas del Santísimo Sacramento, natural de Mallén, quien tras cursar los primeros estudios en su localidad natal, decidió ingresar en el noviciado que los agustinos tenían en Monteagudo, donde fue ordenado sacerdote, celebrando su primera Misa en Mallén el 30 de marzo de 1884.
Destinado como misionero
en Filipinas, ejerció su ministerio pastoral en varios lugares del
archipiélago, hasta que fue destinado a Morón, en la provincia de Bataán. Por
entonces, los movimientos independentistas habían ido cobrando fuerza, siendo
la zona donde residía el P. Cabrejas especialmente conflictiva, por lo que sus
superiores le aconsejaron retirarse a Manila, a finales de 1896.
Sin embargo, como se
aproximaban las Navidades, pidió permiso para estar junto a sus feligreses en
fechas tan señaladas. El día de Navidad, mientras celebraba el Santo Sacrificio
de la Misa fue asesinado por unos tagalos juramentados.
La noticia de su muerte
causó tremenda impresión tanto en las Filipinas como en Mallén, donde el 28 de
febrero de 1897, la corporación municipal tomó el acuerdo unánime de honrar su
memoria dedicándole la plazuela hasta entonces conocida como “plazuela de
Villarroya”. También se mandó pintar un retrato para que, junto al del P.
Pascual Ibáñez, fuera colocado en el Salón de Sesiones de la Casa Consistorial.
Al ser proclamada la II República, uno de los primeros acuerdos de la nueva
corporación fue retirar del callejero el nombre del religioso asesinado. Años
después su retrato también fue retirado del Salón de Sesiones, conservándose en
la actualidad en la sacristía del templo parroquial.
El mismo día 25 de
diciembre de 1896 y en la misma localidad de Morón (Filipinas) fue asesinado fray José Sanjuán Gómez , nacido en
Tabuenca el 9 de diciembre de 1853, siendo el cuarto hijo del matrimonio
formado por Cesáreo Sanjuán y Braulia Gómez. Tras profesar como agustino fue
enviado a Filipinas, encontrándose destinado con el anterior y sufriendo la
misma suerte. Cuando se tuvo conocimiento en Tabuenca de lo acaecido, mandaron
pintar su retrato al artista borjano D. Baltasar González y, en la actualidad,
se conserva en la sacristía de la ermita de la Virgen del Niño Perdido, Patrona
de esa localidad.
Tres años después, pero
también un 25 de diciembre, fue asesinado el P. fray José Ortiz de la Concepción, nacido en Borja en 1843, el
cual profesó como agustino en el convento que la orden tenía en nuestra ciudad.
En 1872 marchó a las
Filipinas, donde estuvo al frente de varias parroquias en la provincia de
Zambales. Fue un hombre muy preparado que cultivó varias Artes. Como pintor,
realizó diversos trabajos, entre ellos el retablo mayor de la parroquia de
Bani. Como arquitecto se encargó de la construcción del convento de Masinloc,
pero también fue escritor, conservándose en el archivo provincial de los
agustinos una memoria sobre la provincia de Zambales y un relato titulado
“Paseo por Zambales”.
Fue capturado por los
insurgentes que, tras someterle a un terrible cautiverio, le asesinaron en la
fecha citada de 1899. Es importante señalar que ya se había firmado el tratado
de paz, lo que constituye un claro ejemplo de la persecución de la que fueron
objeto nuestros misioneros, algo que suele olvidarse al relatar aquellos
acontecimientos históricos.
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