El 15 de diciembre de 1968 falleció en Madrid D. Antonio López Franco que había nacido en los últimos años del siglo XIX. En un artículo publicado en La Voz de Aragón se definía como “oriundo de Borja y vinculado a ella por lazos de afecto e intereses”. Cursó la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, entrando al servicio del Estado como Ingeniero de Obras Públicas. Más tarde ejerció como profesor de Química y Materiales de Construcción en la Escuela de Caminos de Madrid.
Es considerado el introductor de la Química
Cuántica en la enseñanza universitaria española, siendo el autor de un Compendio de Química para uso de sus
alumnos, en 1928. En 1956, publicó con su hijo Antonio López Bustos otra obra
relacionada con este tema, Nociones
generales sobre las mecánicas cuántica y ondulatoria. Además, son numerosos
los artículos que, con su firma, aparecieron en la Revista de Obras Públicas, tanto sobre temas de su profesión como
sobre su asistencia a los congresos internacionales en los que participó. Todos
ellos y otras obras suyas han sido reunidas por nuestro Centro.
Su especial relación con Borja surgió a raíz de su estudio para la regulación de la cuenca alta del Huecha con el fin de mejorar los regadíos de la zona. En junio de 1925, el Sindicato de Riegos de Borja le encargó la redacción del proyecto de construcción de un embalse en Morana.
Eran unos momentos de
euforia, propiciados por la política de fomento de obras públicas emprendida
por la Dictadura de Primo de Rivera y, en la prensa local, se había iniciado
una campaña bajo el lema “El futuro de Borja está en Morana” que despertó el entusiasmo
de amplios sectores de la población. El proyecto fue presentado en mayo de
1926, pero la Confederación Hidrográfica opuso algunos reparos que fueron
solventados con un nuevo proyecto elaborado en 1927 que la llegada de la II
República terminó cancelando, tras un nuevo estudio realizado por el ingeniero
D. Primitivo M. Sagasta que lo consideró inviable.
No obstante, el interés
que D. Antonio López Franco había demostrado fue determinante para que la
corporación municipal, presidida por D. Juan Antonio Alzola, tomara el acuerdo
el 20 de octubre de 1926, de concederle el título de “Hijo Adoptivo”. Por aquellas fechas se le
había encomendado la construcción de un puente en el camino del Campo, a la
altura de Maleján. No era una obra de gran envergadura, pero reviste interés ya
que, en ella, López Franco puso de manifiesto su dominio de las estructuras de
hormigón a las que venía dedicando especial atención desde hacía varios años. Precisamente, fue el día
de la inauguración del puente, en 1929, cuando se hizo entrega a D. Antonio
López Franco del título de “Hijo Adoptivo” que le había sido concedido tres
años antes.
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