lunes, 18 de septiembre de 2017

Libros recibidos 98


         Como muy importante hay que calificar la obra del Prof. D. Agustín Ubieto Arteta, Caminos peregrinos de Aragón, fruto de muchos años de investigación, como consecuencia de la cual presenta este espectacular balance del fenómeno de la peregrinación, en la mayoría de los casos con destino a Santiago de Compostela, localizando 19 rutas principales y secundarias, así 10 enlaces con las mismas, documentando la presencia de 2.517 peregrinos en diferentes etapas históricas.
         El libro, cariñosamente prologado por el Prof. D. Eloy Fernández Clemente aporta numerosos datos sobre la estructura y trazado de los caminos, así como en torno a la infraestructura que servía de apoyo a los peregrinos, sobre cuyo origen también se ofrece información. Concretamente, en el siglo XVII señala que 2 peregrinos procedían de Borja, 2 de Alberite, 2 de Mallén, 2 de Magallón, 1 de Boquiñeni y 1 de Calcena.

         Respecto a las huellas arqueológicas de los mismos, cita el hallazgo de una tumba en Borja, con una vieira, aunque lo sitúa en el “hospital de capuchinos”, cuando en realidad apareció en la iglesia de San Miguel. Al tratar de los hospitales, señala en nuestra zona los de Mallén, Gallur, Magallón, Ambel, Tabuenca, Trasobares y Borja. En este último caso afirma que “nos queda el antiguo edificio del Hospital Sancti Spiritus y está documentado desde el siglo XIV al XIX, pero apenas se sabe cómo supera las novedades del siglo XV”. La realidad es que este hospital está documentado desde mucho antes y fue en 1560 cuando se construyó el magnífico edificio que hoy alberga al Museo de la Colegiata, del que existe abundante documentación sobre su funcionamiento como auténtico hospital hasta su traslado al antiguo convento de capuchinos, en 1869, donde siguió funcionando como hospital hasta mediados del siglo XX y, con esa denominación, lo sigue haciendo ahora aunque como Residencia de Ancianos. Por otra parte, aunque hace alusión a ello, en la Casa de las Conchas existió otro hospital, en este caso específicamente dedicado a la atención de peregrinos, creado por iniciativa de la condesa de Castellflorit, propietaria del edificio.
         A la relación de lugares en los que se venera a San Roque, como santo protector de la peste, podríamos sumar a Borja en donde fue fiesta votiva que se ha venido celebrando hasta fechas recientes y, en el caso de San Sebastián recordar que en esta ciudad tiene una iglesia dedicada, precisamente la del convento de Santa Clara.
         Muy interesante es el apartado dedicado a los recorridos por Aragón de los distintos monarcas. Creemos que esta cuestión merece un estudio detallado en el que serían de utilidad los documentos expedidos en cada localidad. En nuestro caso, tenemos los firmados por Alfonso V en Albeta o Fernando II en Borja.
         En cuanto a los caminos identificados sitúa a Borja en el denominado camino soriano que hace enlazar por el actual trazado de las carreteras con el valle del Ebro. Sin embargo, es necesario tener presente que la comunicación antigua con Tudela se realizaba por el camino que discurre por Barbalanca, hoy señalizado como itinerario jacobeo, siendo la zona de Vulcafrailes un nudo de comunicaciones con la antigua calzada que se dirigía a Mallén.

         Hemos destacado la importancia del trabajo del Prof. Ubieto por los datos que aporta y a ello hay que sumar por lo que representa como estímulo para nuevas investigaciones. 


         El arquitecto D. Ramón Bertrán Abadía es el autor de Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957), una obra en la que aborda la ordenación urbanística y la política de vivienda en la capital aragonesa, en los años posteriores a la Guerra Civil. Se analizan proyectos como el de la apertura de la plaza del Pilar, las ordenanzas generales de edificación de 1939, el plan de reforma interior del mismo año o el anteproyecto de ordenación general de 1943, instrumentos que propiciaron cambios radicales en el tejido urbano de la ciudad.



         La Dra. Dª Ángela Madrid Medina continúa con la publicación del tomo II del Cartulario Magno de la Castellanía de Amposta, conservado en el Archivo Histórico Nacional, del que ahora aparece  el tercer volumen, con el nº 79 de la colección “Fuentes Históricas Aragonesas”, en el que transcribe los documentos 398 al 524, correspondientes a las localidades de Pina de Ebro y de Fuentes de Ebro. La autora que ha dedicado especial atención a la Orden de San Juan de Jerusalén, está poniendo a disposición de los investigadores, con esta serie de publicaciones, una serie de documentos de singular interés para el conocimiento de esa orden y también de la del Temple, así como para la historia de muchas localidades aragonesas, dado que a pesar del ámbito geográfico que contemplan estos textos, también aparecen referencia en ellos a otros municipios.
         Así ocurre con nuestra zona, en relación con la cual aparecen citados personajes como Blasco de Maza, señor de Borja en 1216; Berenguer de Entenza, señor de Borja, en 1225; Pedro López, comendador de la encomienda del temple de Ambel; Fortún de Aragón, comendador del Temple en Ambel y Alberite; Arnalt de Queralt, comendador de Mallén en 1335; Pedro de Sant Paul, preceptor de la casa de Novillas (así está alfabetizado en el índice, aunque en el documento figura como G. de Sant Paul); y Ramón de Toram, comendador de Gallur en 1297 (en el documento se indica MCCXCXVII).

No menos interesantes los topónimos utilizados como apellidos y, así por ejemplo, se citan a Guillén de Borja, como testigo de varios documentos; a Guiralt de Ambel, caballero del Temple, así como a Ponz de Ambel, también caballero del Temple; y a Pedro de Mallén, freire del Hospital y subcomendador en Zaragoza. Como curiosidad podemos resaltar la referencia a María de Riba, mujer de Sancho Fortuño de Riba, como “freira” del Temple, la cual efectúa una donación en 1192, lo que vuelve a poner de manifiesto la admisión de algunas mujeres en esa orden.



         Finalmente, reseñamos hoy la obra Eros y Thánatos. Reflexiones sobre el gusto III, que incluye las ponencias y comunicaciones presentadas al tercer simposio organizado por el grupo de investigación Vestigium, en 2015, en torno a “Eros y Thánatos”, como temas recurrentes en la literatura, el arte y el pensamiento occidentales. Como señala en la introducción la Profª. Dª Concha Lomba Serrano, la Vida y la Muerte constituyen conceptos virtualmente universales, que han ejercido una extraordinaria fascinación en artistas y pensadores. Realmente la lectura de las páginas de esta obra resulta especialmente sugerente, por la variedad de aspectos contemplados en relación con esa cuestión. Por lo que respecta a nuestra zona, queremos destacar el trabajo de los profesores Carmen Morte, José Luis Pano y Ernesto Arce, titulado “El cielo de alabastro: sepulcros renacentistas en Aragón”, en el que se menciona el de abad Lope Marco, en Veruela; y el del Dr. D. Wifredo Rincón sobre “Muerte y amor en la escultura española del siglo XIX, ilustrado con la escultura de Damián Campeny que se conserva en el Palau de la Llotja de Barcelona, representando a la muerte de Lucrecia o Lucrecia muerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario