Ainzón es una de las
pocas localidades de nuestra zona que sigue celebrando con especial solemnidad
el Domingo de Quasimodo, como nos recuerda Dª. María Teresa Bellido Alcega
quien, asimismo, nos ha remitido las imágenes que ilustran este comentario,
correspondientes al pasado domingo día 8 de abril.
Esta fiesta, de gran
tradición en la iglesia, tiene lugar el domingo siguiente al de Pascua de
Resurrección y toma su nombre de la primera palabra de la antífona con la que
da comienzo la Eucaristía de ese día: "Quasimodo geniti infantes,
rationabile sine dolo lac concupiscite, ut in eo crescatis in salutem",
que la Biblia de la Conferencia Episcopal Española traduce: “Como niños recién
nacidos, ansiad la leche espiritual, no adulterada, para que con ella vayáis
progresando en la salvación”. Está tomada de la Primera Carta del Apóstol San
Pedro y está dirigida a los catecúmenos que habían recibido el Bautismo en la
vigilia Pascual.
Porque, en su origen, la
fiesta guardaba una relación directa con la iniciación a la vida cristiana, ya
que en ella, los neófitos depositaban en el altar las vestiduras blancas que
habían recibido el domingo anterior, en el momento de su bautizo.
Tras
el Concilio de Trento, cuando la Eucaristía alcanzó gran relevancia como eje
central de la Liturgia, se estableció la obligación de comulgar, al menos una vez
al año, por “Pascua florida”. Por ello, se intentó facilitar esta práctica a
los que estaban imposibilitados de acudir a los templos y el Domingo de
Quasimodo se organizaban solemnes procesiones en las que el Santísimo, bajo
palio y acompañado por las autoridades y los fieles, era llevado a los
hospitales, cárceles y domicilios privados.
En
Borja, los de más edad recordamos esa práctica en el hospital Sancti Spiritus
que se revestía de gala para la ocasión, siendo costumbre que los asistentes
dejaran alguna limosna en las almohadas de los enfermos allí acogidos.
Aunque
era una celebración común en muchos lugares, poco a poco se fue perdiendo esa
costumbre, salvo en municipios como Maleján y Ainzón, donde el Santísimo, en
este último caso, es acompañado por la corporación municipal y los miembros de
la Hermandad de la Sangre de Cristo que, como nos comenta María Teresa Bellido,
también dejaban antiguamente un donativo.
Este
año han sido siete familias las que han abierto las puertas de su casa a esa
hermosa tradición, en la que también desempeña un papel relevante la Banda de
Música de Ainzón, interpretando diversas marchas y cánticos eucarísticos en el
transcurso del recorrido, habiendo incorporado al repertorio, en 2011, una
marcha especial, propia del Domingo de Quasimodo, compuesta por el destacado
músico ainzonero D. José Antonio Bellido Arcega.
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