lunes, 23 de abril de 2018

Éxito de la recreación histórica de Pozuelo de Aragón


         La iglesia parroquial de Pozuelo de Aragón, completamente repleta de público, acogió en la tarde del pasado sábado el acto de recreación histórica que puso fin a una intensa jornada que se había desarrollado con extraordinario éxito.




         Poco después de las nueve de la noche hizo su aparición la comitiva de monjes del monasterio cisterciense de Veruela, dado que lo que se conmemoraba era la otorgación de la Carta Puebla a los primeros moradores de la localidad, en 1245, lo que dio origen al actual municipio.





         Al son de la música, iban acompañados por quienes interpretaban el papel de los primeros habitantes, así como de una escolta a caballo.




         Una vez en el interior del templo, los monjes se dispusieron en torno al presbiterio, mientras que los pobladores lo hicieron al pie del mismo.



         Seguidamente, Dª. María José Azcona leyó un texto explicando el significado del acto que iba a tener lugar, de tanta importancia para la localidad.



         A continuación, la persona que representaba a fray Bernardo, el abad de Veruela en aquellos momentos, fue presentando a los monjes que le acompañaban, cuyos nombres se conocen, por figurar en el documento original, y procedió a la lectura del texto íntegro de la Carta Puebla que fue dada a conocer por la Profª. Cabanés Pecourt, en 1984, y reproducida en la obra Pozuelo de Aragón. Patrimonio Artístico Religioso, de D. José Carlos Sancho Bas y D. Pedro Luis Hernando Sebastián, publicada por nuestro Centro en 1999.



         El papel de abad suele ser encomendado en cada recreación a una persona, de especial relevancia, relacionada con Pozuelo. En esta ocasión, este honor le correspondió a D. Pedro Pablo Fernández Ruiz que, aunque nacido en Zaragoza en 1942, pertenece a una familia pozuelera. Ha sido uno de los grandes atletas de nuestra comarca: Doce veces internacional en lanzamiento de disco, salto de longitud y decatlón, tras su retirada continuó vinculado al mundo del Atletismo, como entrenador, desempeñando cargos importantes, tanto a nivel regional como nacional.




         Tras la lectura de la Carta, los nuevos pobladores aceptaron el contenido de la misma y se comprometieron a cumplir lo que en ella se estipulaba. Hemos de recordar que, en la fecha citada, fueron testigos de aquel solemne acto el entonces señor de Borja D. Artal de Luna y el alcaide de su castillo.





         Después de recibir esas muestras de acatamiento, el abad les hizo entrega de la Carta Puebla y de la llave que simbolizaba el dominio del lugar. En este caso, se trataba de una pieza elaborada para la ocasión, de gran tamaño, y que viene a enlazar con una peculiaridad del municipio: Su dilatada tradición en las labores del hierro, puesta de manifiesto en la rica variedad de balcones de forja y fundición que todavía subsisten en muchas de sus casas.




         Dª. Flor Ferrández resumió en un breve parlamento la trascendencia de lo conmemorado e invitó a todos los presentes a mantener vivo el recuerdo de aquellos hechos que hicieron posible el nacimiento de la localidad, siendo correspondida por los aplausos de los presentes.



         El Concejal D. Jesús Ferrández, como principal responsable de la organización, agradeció la presencia de todos y, especialmente, la colaboración de ese amplio equipo de personas que asumieron el reto de llevarla a cabo, logrando culminarla de manera tan satisfactoria como hemos comentado.



         Invitó a acceder al presbiterio al Sr. Alcalde D. José Jerónimo Gracia Martínez y al Presidente del Centro de Estudios Borjanos quienes posaron con el resto de intervinientes en la recreación.





         Con la fotografía final a las puertas del templo parroquial y en torno al escudo de Pozuelo de Aragón, culminó esta intensa jornada, que ha puesto de manifiesto lo que puede alcanzarse con el esfuerzo de un pueblo unido para lograrlo. No queremos dejar de resaltar, una vez más, la importancia de la participación de niños y jóvenes, realmente admirable, así como de ese grupo de mujeres que han desarrollado un admirable trabajo. Ante la imposibilidad de citar el nombre de todas ellas, hacemos mención al de Dª. María José Azcona quien, acompañada por otras varias, nos visitó hace unas semanas, para hacernos partícipes de los preparativos y de las novedades que iban a introducir.

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