lunes, 2 de septiembre de 2024

Una hermana de García Bacca en el cementerio de Borja

         Nuestros lectores ya conocen que, en el cementerio de Borja, se encuentran enterrados los padres del filósofo D. Juan David García Bacca, dado que todos los años damos noticia de la ofrenda floral, que el 1 de noviembre, realizamos en el nicho donde reposan sus restos. 

 


         Se trata de D. Juan Isidro García Barranco y de Dª. Martina Baca Benavides. El padre, natural de Belmonte (Cuenca), era maestro y ejerció su profesión en Borja y en otros lugares. En Pamplona fue donde nació el ilustre filósofo.


         En nuestra ciudad tenían el domicilio familiar en la Casa de las Conchas y allí regresaron cuando el padre se vio forzado a pedir el retiro por motivos de salud y en Borja falleció en 1911.


         Pero, lo que posiblemente pocos conocen es que, en nuestro cementerio, está también enterrada una hermana suya. Concretamente Dª María García Lázaro, fruto del primer matrimonio de D. Juan Isidro con Dª. Magdalena Lázaro Poza, con la que tuvo en Borja dos hijas: María y Francisca, pero Dª. Magdalena falleció, víctima de la tuberculosis, cuando María tenía dos años.

         Al quedar viudo, contrajo nuevo matrimonio con la citada Dª. Martina Baca, que era natural de Zamora, donde se estableció la familia, pasando después a Pamplona. De este nuevo enlace nacieron varios hijos, uno de los cuales fue García Bacca.

 

         En ocasiones hemos hecho referencia a la generosidad de la numerosa prole de D. Juan Isidro, con la que tuvo que contactar, con gran tesón, D. Juan María de Ojeda y D. Victorino Gracia para solicitar la cesión de la parte de la Casa de las Conchas que aún era propiedad de todos ellos (otra parte era propiedad de la Iglesia). Fue una gestión sumamente complicada, pero se resolvió con éxito gracias a su generosidad.

 

         Dª. María García Lázaro, que había nacido en Borja el 13 de septiembre de 1886, contrajo matrimonio con el también maestro D. José Sanz Chueca, natural de Tarazona, cuyos restos reposan en un nicho situado sobre el de su esposa, a la que muchos conocimos, dado que falleció en 1970.

         Se había iniciado en la Pintura en la Escuela de Artes de Pamplona y de su labor artística fueron fruto algunos de los estandartes de cofradías borjanas y fue quien decoró los gigantes que reemplazaron a los creados por D. Baltasar González en 1889. También cultivó el retrato y varias de sus obras fueron mostradas en las exposiciones que organizó el Centro en el antiguo claustro de dominicos.

 


         D. José Sanz Chueca sustituyó al conde de Torreflorida en la dirección del semanario local Aires del Moncayo, hasta su desaparición en abril de 1919, pero inmediatamente después fundó Ecos del Moncayo, de cuya dirección tuvo que dimitir en 1922, por desavenencias políticas con aquellos colaboradores de tendencia más conservadora.

         Murió en 1934 y su viuda le sobrevivió 36 años, en los que se convirtió en una figura destacada de la sociedad borjana, prestando su apoyo a numerosas iniciativas culturales y religiosas.


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