Aunque había sido abiertos en la tarde del pasado miércoles, fue ayer cuando los belenes monumentales de Borja comenzaron a registrar un incesante flujo de visitantes, siendo habitual el recorrido por los tres existentes.
Aunque dedicaremos
reportajes más detallados a todos ellos y con mejores fotografías, queremos
adelantar lo que encontrarán los que se acerquen al belén instalado en las bodegas
de la Casa de Aguilar.
En el primer
espacio, nada más descender por las escaleras, ha sido recreado un desierto con
un oasis y jaimas, por el que discurren caravanas de camellos y los Reyes Magos,
saliendo de una ciudad amurallada.
En el espacio
central es donde se encuentra el belén propiamente dicho, con el portal en
primer línea y numerosos detalles, entre los que destacada un gran río que lo
cruza, descendiendo desde las montañas a un lago.
Finalmente, en
el tercer espacio puede contemplarse una bonita vista de Borja, con el Moncayo
al fondo y la Estanca en el centro de la que desciende el agua a una estructura
que recuerda al puente de Vulcafrailes.
Las fotos no reflejan
la belleza de este belén en el que, mediante un juego de luces, se recrea el
día y la noche, llamando la atención las casas iluminadas o el agua que cae por
las varias fuentes dispuestas a lo ancho del mismo.
Muy contentos
se encontraban los realizadores del belén, al constatar la gran acogida que ha
sido dispensada a su obra, por parte de las muchas personas que ayer se
acercaron para conocerla.
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