Durante las obras de restauración del exterior de la ermita de Gañarul, Pedro Domínguez Barrios nos ofreció periódicamente un informe del desarrollo de las mismas, lo que nos permitió conocer con precisión lo que allí se estaba efectuando.
Ahora, cuando han dado comienzo las correspondientes a la primera fase de su acondicionamiento interior, ha vuelto a la ermita y nos envía datos sobre los trabajos llevados a cabo.
Nos cuenta que
se han realizado tres zanjas de drenaje para eliminar las humedades de los
muros, una en la fachada de acceso y las otras dos en los testeros.
Estas zanjas de profundidad adecuada, se dejan con su pared opuesta a los muros en talud; se coloca en su fondo un tubo de PVC sobre una cama de arena, y se protegen los muros de la ermita colocándoles delante una lámina impermeable en toda su superficie excavada, asimismo protegida por otra lámina tipo Delta Drain, conocida como “huevera” por sus círculos cóncavos. Finalmente se protege esta última con un geotextil y se rellena toda la zanja con gravas.
El tubo del fondo es habitual que
tenga su cara superior porosa, a fin de canalizar el agua que atraviese la
zanja. Es el sistema más utilizado para frenar el paso de humedades por los
muros.
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