Hemos estado ya en el Museo de la Colegiata, visitando el belén que, en su patio central, instala la Asociación de Mujeres de Borja. Un belén que, con unas características propias, se renueva cada año, logrando una visión fascinante, favorecida por el marco en el que se ubica.
Tras la visión del portal, nada más acceder al interior del museo, bajo el que se sitúa un diorama con el anuncio del ángel a los pastores, se puede efectuar un recorrido alrededor de todo el belén, en el que se recrean diversas escenas bíblicas, relacionadas con el ciclo navideño, junto con preciosos espacios tratados con especial mimo y minuciosidad.
Si hay algo que
destaca en este belén es el llamativo tratamiento de sus arquitecturas, muy
bien resueltas con indudable inspiración orientalista, por las que discurren
las figuras, muchas de ellas de calidad.
Pero, no menos
interesante, es el tratamiento dado a los espacios que podríamos denominar
rústicos o agrarios. En estas imágenes puede verse a una viña con sus racimos y
a un molino de harina, de minuciosidad extrema y, además, en movimiento.
Hay también un
molino oleario en movimiento, junto con un olivar en el que se está recogiendo
la cosecha, sin que falta un elemento de los que, tradicionalmente, se utilizaban
para este cometido.
Detalles muy
bonitos en las zonas dedicadas a mercados de diferentes productos, así como a
la escena que rememora la huida a Egipto de la Sagrada Familia, con un bonito
templo, por el que asoma un sacerdote de Amón. En suma, un hermoso belén que
hay que visitar.
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