En
la colección de la familia Rubio hemos encontrado estas dos fotografías del
Grupo Escolar de Borja, una de ellas correspondiente al momento de terminación
de las obras. La historia de este edificio es compleja pues la concepción del
mismo se inició en 1919, cobrando cuerpo durante la dictadura de Primo de
Rivera. El autor del proyecto fue entonces D. Emiliano de Castro, hermano del
destacado político republicano borjano D. Honorato de Castro. El fin de la
dictadura impidió su materialización, a pesar del interés existente por dotar a
la ciudad de un edificio que mejorara la situación de los alumnos que, hasta
esos momentos, recibían las clases en el antiguo convento de dominicos y en el
actual Museo de la Colegiata (las chicas).
Tras
el advenimiento de la II República se retomó la iniciativa y, aunque se le
propuso a D. Emiliano Castro el hacerse cargo de nuevo del proyecto, declinó la
sugerencia y se le encomendó al arquitecto zaragozano D. Teodoro Ríos quien
supo aunar la rehabilitación del claustro de dominicos con un nuevo edificio,
emplazado en el lugar que ocupaba la plaza de toros estable, aunque de madera,
que funcionó durante varios años.
Sin
embargo, la dirección de las obras corrió a cargo de otro arquitecto de
prestigio, D. Regino Borobio quien aportó otros elementos como el cerramiento
del espacio, tanto a nivel del patio de recreo, como de la fachada del
convento.
Aunque,
reformas posteriores, intentaron mantener su aspecto externo, lo cierto es que
el conjunto quedó afectado por las ampliaciones realizadas, al igual que las
verjas a las que hemos hecho referencia.
Es
interesante recordar que el Grupo Escolar fue dedicado inicialmente a D.
Honorato de Castro, personaje que contribuyó con su apoyo desde Madrid a que el
proyecto llegara a feliz término. El inicio de la guerra civil impidió su
inauguración y, tras la contienda, recibió el nombre de “Calvo Sotelo”, el
líder de la minoría monárquica en las Cortes, asesinado el 13 de julio de 1936.
Hace unos años, fue reemplazado por el de “Campo de Borja”.
En
esta otra fotografía en la que aparecen Andrés Rubio, Alfredo Rodrigo y otras
personas conocidas, sentados en la fuente de la plaza de España, se distingue
al fondo y a la derecha, el edificio de la antigua fonda o mesón, que fue
derribado para levantar un grupo de viviendas. Era una construcción de
indudable interés, en la que destacaba el magnífico alero doble, con zapatas de
madera labrada, algunas de las cuales se conservan.
Los
mismos personajes aparecen en esta otra fotografía, de características
parecidas a otras ya difundidas, en las que se disponen en un autobús
acondicionado para ser impulsado por un gasógeno.
Con
este nombre se designa al artilugio que aparece en la parte posterior, que
permitía obtener combustible gaseoso a partir de combustibles sólidos como el
carbón, la leña o casi cualquier residuo combustible. Eran años en los que, por
el desencadenamiento de la II Guerra Mundial y el bloqueo impuesto a España,
tras su finalización, era muy difícil obtener petróleo, por lo que hubo que
recurrir a estos procedimientos.
La
fotografía está tomada en la plaza de España y la portada que se adivina tras
el autobús corresponde a la del antiguo convento de agustinos, ya desaparecido.
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