La
Institución “Fernando el Católico” nos ha remitido sus últimas publicaciones
que iremos reseñando en días sucesivos. Comenzamos hoy con la Breve antología universal del humor aragonés,
de José Luis Cano, una obra difícil de catalogar, pues no se trata de una mera
recopilación de chistes, anécdotas o relatos humorísticos. Como se señala en la
contraportada, el libro tiene, en buena medida, un carácter filosófico y
también podría encuadrarse en el género de la autobiografía moral. Su contenido
tampoco es estrictamente aragonés, pues las referencias a autores de tierras
foráneas son numerosas. Cuenta, además, con 23 viñetas del autor, no exentas de
cierta irreverencia, como la que refleja las bodas de Caná, donde se rotula a
las cántaras donde se transforma el agua en vino con la denominación “Bodegas
Santo Cristo”, un elogio sin duda a la calidad de los caldos de nuestra
Denominación de Origen. Por otra parte, el excelente estudio introductorio está
firmado por el Prof. D. José Luis Calvo Carilla, consejero de nuestro Centro y
persona especialmente querida en esta ciudad.
El
arquitecto D. Roberto Benedicto Salas, que recientemente nos visitó con la
expedición del SIPA, es el autor de La
construcción de la arquitectura románica, un interesante trabajo en el que
analiza la génesis y el desarrollo de este estilo arquitectónico, desde la
visión de un profesional que conoce a la perfección los retos y los problemas a
los que tuvieron que enfrentarse aquellos antiguos maestros de obras, de cuyas
trayectorias y circunstancias personales apenas se conoce nada. El que el libro
sea fruto de los numerosos apuntes redactados para sus alumnos, confiere
especial interés didáctico a la obra, convirtiéndola en un instrumento de suma
utilidad para “contar las cosas a quien las quiera conocer”.
El
libro La red de hospitales en el Aragón
medieval (ss. XII-XV) es el trabajo final del máster en Investigación y
Estudios avanzados en Historia que defendió, en 2014, su autor Raúl Villagrasa
Elías, Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza. Tras analizar, en
la primera parte, el propio concepto de hospital en esa época, dedica la
segunda a presentar un estado de la cuestión sobre la red hospitalaria
existente en el Aragón medieval. Por lo que se refiere a nuestra zona, cita la
existencia en Borja de “hospitales” bajo la advocación de Santa María y el
Espíritu Santo, los cuales aparecen citados en el testamento de Fernando Litago
y Bona Lajarreta en 1404, así como en el de un personaje llamado Fernando de
Borja, en 1479. Por lo que respecta a Magallón, hace referencia al hospital que
los judíos tenían junto a la sinagoga. En el caso de Mallén, señala la
existencia de dos hospitales, dedicados a San Andrés y San Valero,
respectivamente. Finalmente, alude al que hubo en Tabuenca, junto a la iglesia
parroquial.
Con
el nº 14 de la colección de “Historias municipales”, acaba de publicarse Notas para una historia de Leciñena,
cuyo autor es Gonzalo Gavín González, Licenciado en Ciencias Exactas por la
Universidad de Zaragoza y Alcalde de esa localidad, desde 1999, lo que
constituye un hecho singular, en cierta manera. Como no podía ser de otra
manera, un capítulo de la obra está dedicado al Santuario de Ntra. Sra. de
Magallón y su tradición, especialmente vinculada a esa localidad de nuestra
comarca.
Finalmente,
hemos de destacar la obra que Francisco Javier Lázaro Sebastián, ha escrito
sobre José Antonio Duce, fotógrafo y
cineasta, que es una síntesis de la tesis doctoral del autor, realizada en
el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, bajo la
dirección de la Dra. Dª Amparo Martínez Herranz, y defendida en 2014. El libro
constituye un recorrido por la trayectoria artística de este gran fotógrafo
aragonés desde “el mundo amateur al trabajo profesional”. En su contenido
incluye aspectos fotográficos, sus primeros pasos en la fotografía y su
trayectoria creativa a lo largo de cinco décadas. Apartados especiales están
dedicados a sus trabajos sobre arquitectura y patrimonio, así como a la figura
humana, como motivo. La segunda parte aborda su faceta cinematográfica, con su
profesionalización, a través del documental y su participación en aquel
proyecto que fue Moncayo Films, en el que también participó el recordado Emilio
Alfaro Gracia. En la obra se hace referencia a Borja, como uno de los lugares
en los que se conservan obras suyas. Efectivamente, se trata de una serie
encargada por el Centro de Estudios Borjanos para la exposición que, con motivo
de la I Semana de Borja en Zaragoza, se instaló en el Palacio Provincial, en
1969. También se hace alusión a su serie “Historia de brujas”, una muestra de
la cual tuvimos oportunidad de ver en el claustro del antiguo convento de
dominicos de nuestra ciudad, con ocasión de la I Semana de Brujología,
organizada en colaboración del Centro de Estudios Turiasonenses.
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