Que
en una ciudad que, en los últimos tiempos, viene recibiendo un importante flujo
de visitantes, se mantengan pintadas como la que hoy reproducimos, no es
adecuado. El hecho de que se encuentre en una de las zonas de más interés, como
es la calle de San Bartolomé, resulta aún más inconveniente, a pesar del estado
de degradación de su entorno que, sin embargo, puede revertirse con la
recuperación del edificio de la antigua Casa Parroquial. Afortunadamente, en
este caso es fácil hacerla desaparecer, dado que ha sido realizada en un
cerramiento, de reciente construcción.
Mayor
inversión requiere cuando las pintadas aparecen en elementos monumentales,
algunos tan emblemáticos como la fuente de las Canales, donde hemos encontrado esta
mancha amarilla que puede corresponder a un grafito inacabado o a razones que
desconocemos, pero que, en cualquier caso, sobra en ese lugar.
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