viernes, 17 de junio de 2016

En torno a un ilustre escritor franciscano que residió en Borja


            Un pequeño folleto, localizado en una importante biblioteca privada de Borja, nos ha permitido relacionar a un destacado autor franciscano con el convento que su orden tuvo en nuestra ciudad, completando un dato de su biografía que no ha sido tenido en cuenta hasta ahora.

            El folleto es una recopilación de los cánticos interpretados en el Real Convento de San Francisco de Zaragoza, con motivo de la fiesta de la Inmaculada Concepción, celebrada el 8 de diciembre de 1742.




Junto a la relación de asistentes a la fiesta el folleto incluye, en sus 12 páginas, los villancicos interpretados, pero el dato de mayor interés para nosotros aparece en la portada, donde se indica que intervino como orador el M. R. P. fray Antonio Varon “Letor de Artes en el Convento de San Francisco de la Ciudad de Borja”.
Que los franciscanos se distinguieron en la defensa del misterio de la Concepción Inmaculada de María es un hecho conocido, siendo el teólogo Juan Dus Scoto (1266-1308) uno de sus más fervientes defensores. De ahí la referencia a la “Subtil Mariana Escotica Escuela” en el rebuscado título de este impreso, del que se conocían dos ejemplares existentes en Zaragoza, a los que viene a sumarse el localizado en Borja.



            En cualquier caso, debe ser considerado como complementario al propio sermón que pronunció el P. Varon, el cual también fue editado, aunque por un impresor diferente. Su referencia concreta es:  Oracion panegyrica de la Gracia Original de Maria SS y gloria de la subtil escuela que en la solemne fiesta que consagrò la misma escuela à su patrona inmaculada en el real convento de San Francisco de Zaragoza, año 1742 dixo el P. Fr. Marco Antonio Varon ... de la Regular Observancia ... / la saca a luz en nombre de la escuela subtil D. Vicente Miravete y Montes.-- En Zaragoza : por Joseph Fort, [s.a.].



            Respecto a su autor, fray Marco Antonio Varon y Orzain, sabemos que nació en Tauste el 18 de enero de 1712 y, con 16 años, tomó el hábito en el Real Convento de San Francisco de la capital aragonesa, el 18 de junio de 1728, donde más tarde profesó.

            Fue Lector de Artes y Teología, ejerciendo su magisterio en el Colegio de San Diego que los franciscanos tenían junto al convento zaragozano, del que llegó a ser Guardián. Su prestigio intelectual le llevó a ser nombrado Cronista de la provincia de Aragón y Definidor de la provincia de Burgos. Murió en el convento de Tauste el 29 de junio de 1779.



            Destacó por su oratoria, siendo publicados varios de sus sermones, entre ellos, y además del citado, uno dedicado a la Virgen del Rosario (1757), otro a Santa Apolonia (1759) y el que predicó en Tauste en la fiesta de la Virgen de Sancho Abarca (1772), para la que también compuso un novenario. Ya, en 1763, había visto la luz una recopilación de otros sermones, entre los que se encontraba el dedicado a San Ivo, patrón de los abogados, que no hace mucho fue objeto de atención por parte de D. Carlos de Francia en la revista del Colegio de Abogados de Zaragoza.



            A su figura hizo referencia Latassa, reseñando algunas de sus obras, entre ellas la Historia del Real Monasterio de Sixena, que comenzó a publicar en 1773, de la que aparecieron dos tomos, dejando al fallecer manuscrito el tercero.



            Como hemos indicado, en ninguna de sus reseñas biográficas se alude a su permanencia en el convento de Borja que, en el folleto que estamos comentando y del que hemos ofrecido su reproducción facsimilar, aparece patente.
            A la vista de lo indicado, era lector en nuestra ciudad en ese año de 1742, ejerciendo la docencia en el centro de formación que los franciscanos tenía aquí, de del que han quedado otros testimonios, como los impresos de defensa de conclusiones que, en su momento, dimos a conocer en este blog.
            Por otra parte, sabemos que estuvo al frente del Colegio de San Diego de Zaragoza, desde el 1 de enero de 1761 hasta que, en 1764, fue reemplazado por fray Miguel Temprano, por lo que su permanencia en Borja hay que situarla, con las debidas reservas por la falta de datos para acotarla, entre esas fechas.
            Nos interesa señalar que pequeñas publicaciones, como la que hemos dado a conocer hoy, tienen el interés añadido de ofrecer datos complementarios sobre determinados personajes y, en este caso, para relacionar a un ilustre taustano con nuestra ciudad.

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