250 aniversario del fallecimiento de José de Nebra

         El 11 de julio de 1768 falleció en Madrid el compositor José Melchor Baltasar Gaspar Nebra Blasco, nacido en Calatayud el 6 de enero de 1702. De su relación con Borja hablaremos después, pero queremos, en primer lugar, llamar la atención acerca del anuncio de los actos conmemorativos del 250 aniversario de su muerte, publicado recientemente en un medio de información regional, dado que aparece ilustrado con una imagen que, evidentemente no corresponde al ilustre músico.

         Porque, se trata del retrato que Rafael Mengs realizó del Pontífice Clemente XIII en 1758. Este Papa que ocupó la cátedra de San Pedro entre 1758 y 1769 fue coétaneo de Nebra y, por razones que ignoramos, si se busca en Internet a José de Nebra, nos aparece el Papa, especialmente en los artículos redactados en Aragón, anomalía que nos interesa señalar pues nos tememos que la incluyan en algún cartel conmemorativo de la efeméride.

         Y es que, como ponía de manifiesto Luis Antonio González Marín en su trabajo “José de Nebra (Calatayud, 1702-Madrid, 1768). Un aragonés en la Real Capilla”, publicado en 2002 por la Institución “Fernando el Católico” no disponemos de un retrato suyo, dado que los músicos anteriores al siglo XIX son escasos. Él se atreve a especular que el clavenecista que aparece en el foso del Coliseo del Palacio del Buen Retiro en este manuscrito de Farinelli, podría corresponder al aragonés, aunque también sugiere el nombre de Nicola Conforto.

         La Institución “Fernando el Católico” ha publicado su obra y, precisamente, cuando en 2011 apareció su zarzuela Viento es la dicha de amor estrenada en 1743, dimos a conocer en este blog su vinculación con Borja, recordando que Sin embargo, es poco conocido que su madre María Rosa Blasco Viana era natural de nuestra ciudad. Hija de Francisco Blasco y de Manuela Viana, fue bautizada en la colegiata de Santa María el 13 de enero de 1680. En Calatayud contrajo matrimonio con José de Nebra Mezquita, organista de la colegiata de Santa María de esa ciudad, perteneciente a una importante familia de músicos, como los fueron también los Blasco. Concretamente procedía de La Hoz de la Vieja (Teruel) y obtuvo la plaza de organista en Calatayud antes de 1697.

De esa unión nacieron cuatro hijos. El mayor murió joven, pero los otros tres fueron destacados músicos. Francisco Javier fue organista de la Seo y después sustituyó a su padre en la catedral de Cuenca, mientras que Joaquín ocupó el puesto dejado vacante en Zaragoza por su hermano.

         El más importante fue evidentemente José, organista del convento de las Descalzas Reales de Madrid, músico de cámara de los duques de Osuna y miembro destacado de la Real Capilla, durante los reinados de Luis I, Felipe V, Fernando VI y Carlos III, siendo considerado una de las figuras más destacadas de la música española del siglo XVIII. En Madrid, es recordado con esta placa colocada en la fachada de la casa de la plaza del Ángel nº 11, donde residió hasta su muerte.

         Al fundarse el Centro de Estudios Borjanos en 1968, uno de los primeros actos que se quisieron programar fue el de un concierto con obras de José de Nebra, dado que en aquellos momentos se conmemoraba el II Centenario de su fallecimiento. No pudo llevarse a cabo, debido a que nos encontrábamos inmersos en la preparación de la Exposición de la I Semana de Borja en Zaragoza.

   

      Nos hubiera gustado que, en esta ocasión, se hubiera celebrado en Borja, pero entre los previstos, dentro del II Ciclo de Órgano, Música y Patrimonio en Aragón, organizado por el Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Aragón, se han incluido interpretaciones con los órganos de Ateca, Bolea, Calamocha, Caspe, Daroca, Ejea de los Caballeros, Fuentespalda, Jaca, Loarre, Roda de Isábena, Tarazona, Torrijo del Campo, Villarquemado y Zaragoza. Una vez más el órgano de la colegiata de Borja es olvidado, a pesar de que, en esta ocasión, hubiera supuesto un merecido homenaje al compositor en la ciudad donde había nacido su madre. Todavía estamos a tiempo de subsanar esta omisión, al menos con nuestros medios.