lunes, 26 de febrero de 2018

Revistas recibidas 120


         El Servei d’Investigacions Arqueològiques i Prehistòriques de la Diputación de Castellón nos ha remitido el nº 35 de su revista Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló entre cuyos contenidos mencionamos por su relación con Aragón el artículo de Ferran Arasa Gil dando cuenta del hallazgo de “Una estela ibérica trobada a Atzeneta del Maestrat (L’Alt Maestrat, Castelló)”, decorada con un disco-coraza en su cara anterior, que el autor relaciona con el grupo de estelas del Bajo Aragón, donde aparecen también los mismos motivos.
         Especialmente amplio es el trabajo de Amparo Barrachina, Anna Viclach y Neus Arquer, titulado “El que portem entre mans. Assaig tipològic de recipients domèstics del seglo IX al VI ANE als Ports i l’Alta Maestrat”, en el que analizan un conjunto de 208 piezas de cerámica, datadas desde el Bronce final al Hierro antigua, que fueron encontradas en el marco del Plan Eólico de Valencia, en una zona limítrofe con la comunidad aragonesa.

         Queremos también reseñar el artículo de Ferran Falomir y Maria Josefa Balaguer en el que informan sobre los resultados de las catas arqueológicas efectuadas en el castillo de Peñíscola, con motivo del proyecto emprendido por la Diputación de Castellón para convertir una parte de esta fortaleza en Centro de Interpretación de la misma y de su historia que, como es sabido, está especialmente vinculada a la figura del Papa Luna.




         De la Universitat de Lleida hemos recibido el nº 27 de su Revista d’Arqueologia de Ponent en la queremos destacar en primer lugar el artículo de Miguel Tarongi Chavarri, titulado “Análisis comparativo de los estudios carpológicos de la Depresión del Ebro durante el III y I milenio a. C. Un estado de la cuestión”, dado que se hace mención expresa a los yacimientos borjanos de Moncín y la Cueva de Majaladares II, así como a otros aragoneses, en concreto el de Segeda I (Mara), El Collado de la Abeja (Muel-Alfamén) y el Cabezo de la Cruz (La Muela). A través de los datos obtenidos del estudio de las muestras arqueobotánicas encontradas en ellos se han podido consolidar ciertas ideas ya existentes sobre la evolución y desarrollo de la agricultura en ese periodo.
         Mencionamos asimismo el trabajo de Marc Prades “Noves aportacions sobre el territorio, el poblament i els models d’ocupació a la Terra Alta durant la protohistòria. Una anàlisi estadística a través dels Sistemes d’Informació Geogràfica (SIG)” dado la localización de esa comarca en el límite con Aragón.

         Por otra parte, la revista incluye en su sección “Debat” un interesante conjunto de aportaciones en torno al futuro de la investigación arqueológica, que aconsejamos leer. En ellas se plantea la dicotomía existente entre la enseñanza universitaria y la labor desarrolla en el marco de los grupos de investigación ajenos a ella. J. A. Quirós se interroga acerca de “¿Por qué la arqueología en España necesita un nuevo modelo universitario?” y otro de las aportaciones hace referencia a la progresiva deslocalización de la investigación “o la (buscada) mort del professorat universitari”.




         Otra revista con importantes contenidos de interés arqueológico que acabamos de recibir es el nº 68 de Munibe, que edita la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En ella nos ha llamado la atención el artículo de Rodrigo Villalobos y Carlos P. Odriozola sobre “Circulación de hachas prehistóricas de jade alpino en el centro-occidente de la Península Ibérica. ¿Modelo directional trade o down-the-line/prestige chain?”, en el que se cita un hacha encontrada en Sádaba, entre las fabricadas en ese material, aunque el trabajo se circunscribe al análisis mediante espectroscopia Raman y UV-VIS-NIR de cinco ejemplares procedentes de Paredes de Nava (Palencia), Viñas de Abajo (Valladolid), Diego Álvaro (Ávila) y León, que apuntan a un origen alpino de las mismas, aunque a partir de otros datos los autores rechazan la hipótesis de que llegaran desde Bretaña a través de un intercambio con la variscita producida en la península ibérica, decantándose por una vía de penetración diferente.
         También nos ha interesado el artículo de Karen Alvaro, Esther Travé y M. Dolores López sobre “Los dados de Ausa y Mendikute (s. XIII-XIV): La elaboración de objetos lúdicos en hueso en algunas fortificaciones medievales del territorio guipuzcoano”, en el que vuelven a plantear el problema de la distribución de la numeración en sus caras, una cuestión sobre la que se ha debatido mucho, pues aparece regulada por Alfonso X el Sabio en su conocida obra sobre juegos de ajedrez, dados y tablas, así como en los estatutos de los fabricantes, aunque los hallazgos vienen a confirman que no siempre se cumplía lo dispuesto.

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