La
publicación en 2010, por parte del Centro de Estudios Borjanos, del libro del Dr. Juan Carlos
Martínez Calahorra sobre la obra de D. Baltasar González, representó un hito
importante a la hora de difundir la figura de este ilustre borjano,
trágicamente asesinado en 1936. Sin embargo, este proceso se inició mucho
antes, a través de una serie de actuaciones que consideramos necesario recordar
pues, probablemente, hay muchas personas que las desconocen.
Fue
precisamente la Institución “Fernando el Católico”, de la que depende nuestro
Centro, la que en una fecha tan temprana
como mayo de 1948 mostró algunas obras de D. Baltasar, con motivo de una
exposición en homenaje de Francisco Pradilla.
En aquella ocasión se expusieron
tres obras de los fondos del Museo de Zaragoza, el autorretrato del pintor,
realizado en 1889; el retrato de su padre D. Dionisio González, pintado en
1887; y un retrato, en pastel sobre papel, que probablemente representa a
Dª Rosa Urchaga Villares.
En Borja, una de las primeras
referencia que hemos encontrado aparece en el Programa de las Ferias y Fiestas
de Septiembre de 1955 en el que se insertó el poema que había escrito, en 1889,
con motivo de la inauguración del Ferrocarril de Cortes a Borja.
Como señalaba, al final del mismo,
fue leido por D. Baltasar durante los grandes festejos organizados el día de la
inauguración, un acontecimiento recibido con el lógico alborozo en la ciudad,
pues como señalaba el autor situaba a “Borja en el concierto de la vida
universal”. Cuando se reprodujo el poema se estaba asistiendo al final de la
vida de nuestro tren, algo que tuvo un gran impacto.
En 1967, las personas que ese mismo
año iniciarían la creación del Centro de Estudios Borjanos organizaron en el
antiguo claustro del convento de dominicos una Exposición de Arte y de Recursos
Económicos Comarcales que tuvo un extraordinario éxito.
La muestra alcanzó su mayoría de
edad en los dos años siguientes. En el interior del claustro se creaba un
jardín, en torno a una fuente central. En los claustros se exponían los
primeros vinos embotellados, frutas, conservas y otros materiales. En el piso
superior se llegaron a instalar cuatro salas con obras de Arte de autores
locales.
En todas las ediciones ocuparon un
lugar preferente las obras de D. Baltasar González. Además de todas las que se
conservaban en Borja, incluido el retrato de Dª Escolástica Tutor, existente en
el convento de Santa Clara, pudieron admirarse las que constituían la colección
de las hermanas Olmedo, de Bulbuente, que todavía no se había dispersado.
Lamentablemente, no se conservan buenas fotografías de aquellas grandes
exposiciones, pero en las que ofrecemos pueden verse obras de esa colección y
de la familia Mayor Manero.
Una de las personas que tuvieron
especial protagonismo en la recuperación de la figura de D. Baltasar fue
Francisco Domínguez Pablo. A él le corresponde el mérito de localizar muchos de
sus cuadros y, asimismo, fue quien dio a conocer su obra literaria. En el
programa de 1969, hacía alusión a sus jotas dentro de un artículo dedicado a
“Poetas y copleros borjanos”.
Volvió a hacerlo al año siguiente en
otro titulado “La musa popular borjana”, con la particularidad de que la
portada del programa reproducía, en esa ocasión, el famoso cuadro de “La jota
en el Santuario”.
De nuevo, en 1973, D.
Baltasar fue el protagonista del Programa de Fiestas. En la portada aparecía el
cuadro titulado “La riña”, reproducido en color, mientras que en el interior se
insertaron, a toda página, los cuadros “El retrato”, “Cortejando” y “José en la
cárcel” con el que había optado a la beca para ampliar estudios en Roma que
terminó obteniendo Mariano Barbasán.
En 1974, pocos meses antes de su
inesperada muerte, Francisco Domínguez volvió a publicar en el Programa de la
feria de ese año un artículo de 6 páginas titulado “Dos poetas borjanos: Emilio
Alfaro Malumbres y Baltasar González Ferrández”, ilustrado con los retratos de
ambos personajes, realizados por D. Baltasar.
Pero, sin duda, la iniciativa más
importante fue la Exposición realizada en la Escuela de Artes y Oficios de
Zaragoza, en octubre de 1973, dentro de las IV Jornadas Culturales de esa
ciudad. Domínguez fue su principal valedor, de la mano de los hermanos Alberto
y Julio Sánchez Millán que realizaron un enorme esfuerzo de catalogación de
toda su obra. Las fotografías realizadas entonces, junto con las fichas
catalográficas y los cuadernos de notas se conservan en el archivo del Centro
de Estudios Borjanos y han sido de gran utilidad para la realización del
inventario final. El catálogo de esta exposición en la que se exhibieron 35
obras, se abría con un artículo de Alberto Sánchez, seguido por otro de
Francisco Domínguez titulado “D. Baltasar González, hombre de Borja”. La
pintura aragonesa de la segunda mitad del siglo XIX era analizada por D. Ángel
Azpeitia y D. Francisco Oliván Bayle, gran amigo de Domínguez, escribió sobre
“La pintura de Baltasar González”.
Es interesante resaltar que todas
estas iniciativas, desde la primera exposición de la Institución “Fernando el
Católico”, en 1948, hasta estas últimas de 1973 y 1974 tuvieron lugar antes del
cambio de régimen.
Con posterioridad, concretamente en
mayo de 1978, el Tele-Club Cicar organizó una gran exposición en homenaje al
ilustre pintor con 51 de sus obras (entre ellas dibujos y bocetos). En la
introducción de su catálogo de señalaba que “Por fin ha llegado el momento de
hacer público y notorio reconocimiento a la persona, y a la figura artística de
Baltasar González en su propia tierra”, una afirmación que, sin duda, sería
cierta si olvidaramos todos los antecedentes señalados.
En otras ocasiones han sido
expuestas algunas obras de nuestro pintor. Concretamente, en 1991, el Museo de
Zaragoza incluyó el retrato de Dª Rosa
Urchaga, antes reseñado, en la exposición didáctica “La pintura aragonesa del
románico al siglo XX”. Finalmente, en 2007, el Ilustre Colegio Oficial de
Médicos organizó en su sede una muestra de “Maestros aragoneses del siglo XIX”
con la presencia de dos lienzos cedidos por el M. I. Ayuntamiento de Borja,
“Desnudo” y “El retrato”.
Por otra parte, no podemos dejar de
reseñar el empeño que el Centro de Estudios Borjanos puso, al ser inaugurada la
Casa de Aguilar, en contar con alguna obra significativa, logrando que el Museo
de Zaragoza cediera en depósito dos importantes lienzos que hoy se muestran en
la escalera principal del edificio. A ellas vino a sumarse otro retrato donado,
más tarde, por la familia Gago.
Ahora, nuestro deseo sería que el
anuncio efectuado por el Concejal Delegado de Cultura del M.I. Ayuntamiento de
transformar el Museo que lleva el nombre de D. Baltasar en exposición
permanente de su obra pudiera llegar a convertirse en realidad, dentro de un
plazo razonable. En este sentido, hay que recordar que en el despacho de la
Alcaldía se han ido reuniendo varias obras suyas, de diversa procedencia, entre
ellas las dos citadas de “Desnudo” (erróneamente considerada un autorretrato) y
“La carta”, adquiridas siendo alcalde D. Luis María Garriga.
Nota: Con
posterioridad a la inserción de este artículo, hemos tenido noticia de la
próxima inauguración de una exposición que tendrá lugar en Zaragoza, con
algunas obras de D. Baltasar González, de la que informaremos próximamente.
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